Es uno de los deportistas más importantes de la historia, se mire por donde se mire. Protagonizó con Kasparov uno de los duelos más importantes y apasionantes que se recuerdan en un campo, cancha, ring, piscina, pista, tatami o, como en este caso, mesa. Sabiéndose un tipo grande, derrocha amabilidad, la que se supone que no tendrá cuando, el próximo martes, mueva su primer peón ante Gary Kasparov y en Valencia.

¿Qué destacaría como lo más importante del torneo que empezará el próximo martes?.

Sobre todo, la oportunidad única que es. Porque, ¿en cuántos deportes se disputa un campeonato del mundo entre los dos mejores y, 25 años después, pueden volver a hacerlo y manteniendo prácticamente sus facultades intactas?. Esto no sólo es un recuerdo, es una realidad, que prácticamente sólo se puede dar en el ajedrez.

Da la sensación que este encuentro es una oportunidad única para rescatar para las portadas un deporte que parece haberse diluido desde que no están usted y Kasparov enfrentándose.

Nuestros campeonatos del mundo fueron la edad de oro del ajedrez. Se consiguió una publicidad excepcional, portadas en prensa, espacios en televisión… pero se desaprovechó. Yo recuerdo aquella época y, vale que no se hablara del ajedrez como el del fútbol, pero teníamos una presencia excepcional. A partir de ahí, sin embargo, se han perdido veinte años con todos los conflictos de federaciones. Ojalá este torneo sea el primer paso para devolver al ajedrez ese protagonismo que tuvo y que merece.

Usted es Karpov; su contrincante es Kasparov… aquí no pueden venir ustedes a pasearse y a correr el riesgo de que uno le pegue una paliza al otro.

Claro que no. Esto es una competición que la gente espera por quienes somos. Y quieren ver grandes partidas y emoción. Aquí no viene ninguno de vacaciones. No podemos defraudar.

Sus enfrentamientos son, efectivamente, míticos, pero da la sensación de que la historia es merecidamente generosa con Kasparov. Pero, a la hora de la verdad, la diferencia de partidas ganadas por uno y otro en el cómputo global es mínimo.

Es sólo una parte de la historia. La otra es que fueron unas partidas emocionantes, únicas. Que entre los dos hemos disputado 144 partidas por el Mundial y que esa es una cifra inalcanzable por todos los demás duelos juntos.

Eso de que estén en hoteles diferentes, que sólo quieren juntarse en el momento de la partida… ¿es normal o forma parte del “show”?

Es tradición. Nunca coincidimos incluso en ciudades pequeñas. Los jugadores y los equipos prefieren estar tranquilos.

La entrevista completa en nuestro Especial Karpov-Kasparov