El ciezano Juan Manuel Molina Morote acudía al Mundial de Berlín con grandes esperanzas. Después de su medalla de bronce en Helsinki 2005, el murciano volvía a aspirar al podio. Las sensaciones que había experimentado tanto en los entrenamientos como en el pasado Campeonato de España que ganó, hacían presagiar un buen resultado. Pero no fue el día del ciezano, que desde el primer momento quedó fuera de la lucha por los primeros puestos y que abandonó con lágrimas en los ojos el circuito que recorría la emblemática avenida Unter den Linden, junto a la mítica Puerta de Brandemburgo.

"No me encontraba bien, no ha sido mi día", decía en su página web Molina, quien añadió que "en el kilómetro 10 pensé en retirarme, pero mi pundonor y el pensar que estaba aquí mi familia y amigos me lo impedía. Quiero agradecer el apoyo recibido. En estos momentos me ayuda muchísimo. Ha sido un día malo pero me doy cuenta que no estoy solo, que hay mucha gente detrás que me apoya y me transmite fuerzas", declaró el murciano.

Peor fue el resultado de Paquillo Fernández, una de las grandes bazas de España para subir al podio, quien no pudo incrementar su número de medallas mundialistas después de tres platas seguidas y se retiró poco después del ecuador de la prueba para poner fin a su carrera en esta distancia y dar paso a los 50.

El ruso Valeriy Borchin, oro olímpico en Pekín '08, cumplió con los pronósticos y se proclamó campeón, sucediendo en el palmarés a un mito como Jefferson Pérez. El chino Hao Wang no pudo resistir en el tramo final la marcha que imponía el ruso, de tan sólo 22 años, para lograr la plata, mientras que el mexicano Eder Sánchez sorprendió y se colgó el bronce.