Para entender La imagen ausente, último proyecto fotográfico de Rocío Kunst, Miguel Ángel Hernández se retrotrae a 1977, año de la publicación de La vida del espíritu, de Hannah Arendt. En concreto, el laureado escritor murciano –también profesor en la Facultad de Bellas Artes de la UMU y, en este caso, comisario– rescata el concepto de ‘solitud’, un estado mental en el que el sujeto está aislado, «privado de la compañía humana y también de la propia compañía», escribió la teórica alemana. Porque, «para pensar –sintetiza Hernández, de nuevo referenciando a Arendt– es necesario retirarse del mundo y adentrarse en las sombras», y éstas (las sombras) son protagonistas de la colección de fotografías que hasta el 23 de abril cuelgan de las paredes de la Sala Caballerizas de Los Molinos del Río de Murcia.
Las imágenes de Kunst –ganadora de la última edición del CreaMurcia en la categoría de ‘Artes Plásticas’– «nos introducen en una zona de sombra que envuelve a personajes solitarios, cuyos cuerpos levemente iluminados caminan hacia la oscuridad del espacio doméstico; un refugio y también una trinchera», explica el comisario, quien destaca la apuesta de la joven artista murciana en un mundo en el que «la solitud prácticamente ha desaparecido». «La transparencia, la luz y el espectáculo del mundo contemporáneo –prosigue el escritor– llegan a todos los rincones de nuestra intimidad y apenas nos quedan ya espacios en penumbra. Vivimos en el brillo de la sobreexposición. Y más que nunca necesitamos espacios ensombrecidos, capaces de resguardar al sujeto, de promover ese encuentro íntimo y hacer surgir el pensamiento libre», que para Arendt era, en realidad, la única posibilidad de la acción política y la transformación del mundo.
En este contexto de luz enceguecedora es en el que las fotografías de Kunst nos invitan a introducirnos en una zona de sombra y recuperar así esa solitud, ese espacio para repensarse, para mirar al futuro, pero también para echar la vista atrás. «En este caso –explica la autora de las fotografías–, las imágenes entrelazan mis propios recuerdos con los recuerdos obtenidos a través de la memoria de mi familia. Se trata de una especie de metabiografía». Y, en ella, «el punto ciego, la oscuridad y las sombras hacen alusión a esa imagen que no está en el álbum familiar, a ‘la imagen ausente’, una imagen mental, un recuerdo no plasmado en una fotografía y, por lo tanto, más difícil de olvidar», desarrolla Kunst, quien asegura que esa inevitable voluntad de reconstrucción de la imagen ayudar a «colocar las cosas en su lugar, a reposar la memoria».
Sin embargo, la artista –que ha llevado a cabo este proyecto impulsada por los ‘Reactivos culturales’ del Ayuntamiento de Murcia– explica que este trabajo le ayuda a plantearse interrogantes, pero que no necesariamente van acompañados de una respuesta.
"Hay un punto ciego al que quizá nunca tenga acceso, pero también sé que es entre las sombras donde se pueden apreciar los destellos de luz"
«He tenido que aceptar que hay un punto ciego al que quizá nunca tenga acceso, pero también sé que es entre las sombras donde se pueden apreciar los pequeños destellos de luz, de esperanza», recuerda. Por suerte, Kunst tiene un ángel de la guarda que le guía en esta travesía y al que dedica esta exposición: «Aprender a caminar en la oscuridad es posiblemente el mayor aprendizaje que me ofreció mi padre».
Por todo ello, Miguel Ángel Hernández insiste en que La imagen ausente de Kunst se erige como «una plataforma de resistencia ante un régimen de transparencia despiadado, que vulnera al diferente y anula su posibilidad de constituirse como sujeto libre», cuando «tal vez esa sea la única tarea del arte en la era de la imagen: hacernos ver y pensar de otro modo. Generar oscuridad. Penumbra. Caminar entre las sombras».
Estas son algunas de las fotografías que componen la serie ‘La imagen ausente’, de Rocío Kunst. En ellas, la autora muestra escenas aparentemente cotidianas, domésticas, pero cargadas de simbolismo. «La casa como estado mental», dice.
