Durante las Jornadas de Atención en Sexualidad a la Población Inmigrante Refugiada y Desplazada organizadas por la Unión de Asociaciones Familiares (UNAF), Antona afirmó que el 14,3 por ciento de las uniones matrimoniales que se dan en España son mixtas.

El sexólogo aseguró que por una cantidad que oscila entre los 3.000 y 6.000 euros se puede concertar un matrimonio de conveniencia por Internet.

Antona denunció que existe "xenofobia científica" en España por no realizar investigaciones cualitativas sobre la sexualidad de los inmigrantes, y cuando existe utiliza etiquetas estigmatizadoras, como son el sida, los abortos y la prostitución.

El experto defendió la existencia de "múltiples sexualidades", pero explicó que no todas las prácticas sexuales son válidas, sino que hay que ayudar a los inmigrantes a comprender, sin criminalizar, que la extirpación de los genitales atenta contra la dignidad de la persona.

Antona dijo que del 60 al 70 por ciento de las prostitutas extranjeras no ejercían la prostitución en sus países de origen, pero que el 65 por ciento de ellas llegó a España con un "contrato" para ejercer la prostitución antes de salir de su país.

El experto apostó por utilizar los recursos existentes en el Sistema Nacional de Salud para orientar de forma individualizada a los inmigrantes en sexualidad, en vez de crear nuevas instituciones.

Antona sostuvo que el culpable de la falta de acceso de los inmigrantes a los anticonceptivos es el sistema de salud y pidió que destine los "recursos adecuados" para paliar esta situación.

El experto clasificó, por continente de procedencia, los grupos de mujeres inmigrantes y sus demandas en sexualidad.

Así, el grupo de iberoamericanos sabe "tanto o más de sexualidad" que los españoles, pero tienen una información y un acceso a los métodos anticonceptivos "malos".

Antona explicó que son frecuentes las familias monoparentales, porque hay una "alta tasa de divorcio" de las mujeres que emigran solas (dos de cada tres ecuatorianas) y pidió que los responsables de la orientación sexual y los profesionales sanitarios rompan los prejuicios de la promiscuidad que afectan a este grupo de población.

En cuanto a las mujeres magrebíes y árabes, Antona indicó que tienen un difícil acceso a los métodos anticonceptivos y a la orientación sexual por el idioma, aunque hay diferencias entre las que proceden de ciudades y del entorno rural.

Estas mujeres, prosiguió, demandan certificados de virginidad, reconstrucciones del himen y ginecólogas mujeres.

El colectivo de asiáticas se conoce "bastante poco", aseguró, porque sólo acuden a los servicios de salud por una urgencia, ya que optan por la medicina tradicional y en ocasiones "clandestinas".

Para las subsaharianas, la fertilidad tiene un valor simbólico y los problemas que les afectan son la mutilación genital, los matrimonios forzados y el tráfico de blancas.