Campaner está contento de como van las cosas: "hemos operado a 37 niños y niñas", son los casos más difíciles los que llevamos a Palma de Mallorca o a Barcelona, a la clínica Technon, "los casos más sencillos los operamos en Níger", explicó a Efe este mallorquín que decidió "hacer algo" y no ha parado de hacerlo desde que fundó la Fundación Campaner.

Las niñas que llegan la próxima semana, dos de catorce y una de trece años, están muy afectadas por el noma, la enfermedad infecciosa que mutila los rostros, como los de estas pequeñas que son casos "un poco difíciles, les falta parte de la boca, de la parte superior del labio, los dientes se han deformado", y requiere de cirugía plástica para recomponer los rostros, dijo Campaner.

La Fundación Campaner, una ONG fundada en 1996 por Pep y su mujer Marilena Navarro, trabaja en Níger y tiene su base de operaciones en la región de Diffa, al sur del país en una de las zonas más pobres del planeta, junto a la frontera con Chad y Nigeria.

En conversación telefónica con Efe desde Niamey, la capital del país más pobre del mundo, donde prepara el viaje a España con las niñas, "en cinco meses como máximo estarán de regreso", pronostica Pep Campaner, que recuerda cómo han cambiado las cosas en esta década.

Los casos detectados de noma han descendido espectacularmente en esta zona de África, "hay muchísima mejoría en la enfermedad, antes nos encontrábamos 20 ó 30 niños afectados de noma y el año pasado nosotros encontramos a tres y otras ONG a cinco", dijo.

Este otoño la Fundación Campaner recibió las felicitaciones de la OMS por conseguir una reducción del noma en Níger, aunque no es optimista en cuanto a una erradicación de la enfermedad. "No creo que deje de existir", dijo.

Estamos hablando de Níger, un país con un gran problema de alimentación, "la gente no tiene para comer, no se alimentan lo suficiente y lamentablemente siempre habrá casos. "La pobreza es difícil de parar", explicó.

En el descenso de la enfermedad la labor de prevención es lo más importante, tratar de cambiar los hábitos y las costumbres de la población, y explicarles que "el agua no sólo sirve para hacer la comida y beber" y la importancia de la limpieza y la higiene en el control del noma.

Níger es un país extremadamente pobre donde la alimentación consiste básicamente en el consumo de mijo, y "en mi región, Diffa, no hay fruta ni verdura" y la población no puede adquirir carne o verduras, comentó Campaner.

En este tiempo se han conseguido muchas cosas, dijo Pep Campaner, que elogió el comportamiento con la Fundación. "La gente responde muy bien y es muy solidaria", añadió, e insistió en que es fundamental para continuar con los proyectos de ayuda humanitaria, como la construcción de 27 pozos de agua.

La población cuando aparece un caso de noma, que ya reconocen, acuden a la Fundación, "les ponemos la penicilina y el proceso se para enseguida", al principio decían que era la enfermedad del demonio, ahora comprenden que hay que tratarla a tiempo, dijo Campaner.

Se muestra muy orgulloso Pep Campaner de la escuela que acaban de abrir en Diffa, donde se dará educación de manera gratuita a 300 niños pobres de la zona, a los que se les ofrecerá una comida diaria.

La vida de este enamorado de África es la misma, recorrer los poblados de Diffa, acompañado de un traductor, aunque el idioma oficial es el francés hay seis lenguas diferentes en este extenso país que se reparten tres ONG de Suiza, España y Alemania.

El proyecto "ha crecido, en África empiezas a hacer cosas y siempre encuentras más necesidades, empezamos con el noma, pero ayudamos a todos los niños, nunca se acaba de ayudar, siempre hay problemas y más problemas y creces sin darte cuenta", indicó Campaner.