Ana Fructuoso Ros se lanza al mundo de la novela con La velocidad de las nubes, en la que la escritora yeclana ha intentado reflejar «la forma de vivir y sentir, lo que hemos sufrido y lo que nos hemos divertido», de aquellas mujeres nacidas durante los sesenta y que alcanzaron la madurez durante la transición.

En concreto, es la historia de una mujer desde que tiene diez años y hasta que cumple los 30, aproximadamente; un trayecto que la autora aprovecha para hacer un recorrido histórico por la España de entonces y, también, por su música. Y es que La velocidad de las nubes -publicada por Entrelineas Editores tras quedar finalista en el Certamen Literario de Narrativa de Torrejón 'Mujer al viento'- viene con banda sonora, pues acompaña al libro un listado de más de medio centenar de canciones, desde Led Zeppelin hasta Aute, que a Fructuoso sirvieron para «ubicarse» durante la fase de escritura del libro: «Cuando me ponía a recordar ciertas épocas, acontecimientos históricos, a menudo mi punto de referencia era la música que escuchaba en esos momentos», explica la autora, que entiende la música como «una forma de recordar».

Sin embargo, advierte que La velocidad de las nubes, pese a todo, no es una obra autobiográfica. «He intentado recoger en el libro lo que podría haber vivido una mujer de mi generación y de mi nivel cultural. Entonces, claro que para hacerlo recuerdas cosas de tu vida, pero las manipulas de forma que algunas anécdotas de las que aparecen en el libro puede ser parecidas a algo que realmente pasó y otras son completamente inventadas», explica Fructuoso, que confiesa que se siente «más cómoda» retratando a personajes femeninos, aunque no cierra las puertas a nada.

La velocidad de las nubes es la segunda referencia bibliográfica de la yeclana tras Desde el columpio y otros relatos (2014), una colección de historias breves en las que abordaba la condición humana desde distintas perspectivas. De hecho, asegura, este formato es el ideal para su manera de escribir. «Yo soy una persona con muy poco tiempo y el relato se adecúa más a mi ritmo de vida. La novela necesita mucho tiempo...» lamenta la autora. Sin embargo, el certamen madrileño supuso para ella un empujón, una meta: «Llevaba tiempo escribiéndola, la tenía casi cerrada y vi el concurso. Se ajustaba bastante a las bases, así que me puse a terminarla, corregirla, y la mandé, aunque sin ningún ánimo de que me eligieran para publicarla», relata. Y, lo que son las cosas, este viernes la presenta y firma a partir de las siete y media de la tarde en la librería Diego Marín.