El escritor y profesor de literatura Antonio Orejudo se desnuda como autor y publica 'Grandes Éxitos' (Tusquets Editores), su libro "más honesto" y una recopilación de textos inéditos escritos por él en sus 30 años de trayectoria, cada uno de ellos acompañados de una explicación con la que el autor pretende "rechazar el artificio literario" y acercarse al lector de una manera "más humilde y auténtica".

Uno de los capítulos de esta obra está dedicado a 'la chica del tranvía' de Murcia, la historia que se viralizó hace un año cuando un joven empapeló la ciudad para encontra a una joven de la que supuestamente se enamoró a primera vista tras verla en el tranvía.

"La literatura es más peligrosa de lo que creemos, no nos ayuda a vivir, nos impide vivir con verdadera autenticidad la vida", ha expresado Orejudo en un encuentro con los medios, este miércoles 23 de mayo en Madrid, para añadir, en esta línea, que "creer que las mujeres son como las han cantado los poetas es el fracaso más absoluto, y probablemente el origen de muchos de los conflictos que se están viviendo en la actualidad".

Y es que, según ha explicado el autor de novelas como 'Ventajas de viajar en tren', 'Reconstrucción' o 'Un momento de descanso' o 'Los Cinco y yo', esta es una de las tesis que recorren su libro, la capacidad que tiene la literatura de forjar una imagen "equivocada" en el "imaginario colectivo de la sociedad".

"Probablemente muchos de los conflictos que existen ahora haya que explicarlos acudiendo al origen de la literatura y de como nos ha dibujado a la mujer desde el tiempo de los trovadores hasta ahora: una mujer que no habla nunca y que siempre es objeto de deseo y amor. Miles y miles de años dibujando esa figura lejana y aristocrática ha forjado una idea de la mujer completamente opuesta a lo que de verdad es", ha señalado.

En este contexto, uno de los capítulos del libro relaciona el suceso que ocurrió en Murcia hace un año en el que un joven "se enamoró" de una chica desconocida en el tranvía y comenzó a empapelar la ciudad en su búsqueda, con el ideal romántico de la literatura.

"Me di cuenta de que lo que estaba ocurriendo ahí era que ese tipo, al haber visto a la muchacha, estaba sintiendo lo que la historia de la literatura nos había ido repitiendo desde los trovadores: pintar a la mujer como un ser callado, lejano y enigmático que se enciende de pasión cuando el amante la mira y le canta", ha indicado.

En esta línea fluctúa el nuevo trabajo de Orejudo, puesto que, para él, es imprescindible hablar de la literatura pero no desde "una posición de superioridad moral o intelectual", si no de una manera "liviana, nada pedante, y comprensible para todo el mundo", y para ello es también imprescindible "el humor".

DECIR MUCHO CON POCO

"La eutrapelia es la actividad que resume todos estos textos y consiste en divertirse al mismo tiempo que se hace un trabajo intelectual. Es el intento de que algo resulte simple pero teniendo una complejidad en el fondo", ha expresado para "rechazar" el "artificio literario" y las palabras rimbombantes que luego "no cuentan nada".

Por todo esto, otro de los puntos que son imprescindibles para el escritor es la cercanía con el lector. "Huyo del misticismo literario. Para mí el escritor es un feriante que trata de pasar la gorra con cierta dignidad, y para eso tiene que ofrecer al publico un espectáculo", ha declarado para explicar que la estructura del libro se asemeja a una "conversación entre amigos".

Esta "huida permanente de la solemnidad literaria" que defiende, como escritor y como profesor, se ve también reflejada en la portada que -según sus palabras- consta de un hombre "dándolo todo delante de un teatro semivacío" contrastando así con cierta ironía con el título de la obra, 'Grandes Éxitos'.

"El lector que todos los escritores llevan dentro sale en esta obra y se lee a si mismo pero sin vanidad ni complacencia. Trato de establecer una relación con el lector de igual a igual, en el mismo plano, con sentido común y con gracia también", ha expresado.

Por ello, a través de varios textos "dispersos y variados" pero que forman "un único cuerpo orgánico", Orejudo "abre su cocina" a los lectores para mostrar "los entresijos de su oficio y de su vida" con el objetivo de exponer a los lectores "las dudas desde las que uno escribe".