«¡Estoy muy bien y muy contenta, que tengo 78 años!», dice nada más empezar la entrevista. En El funeral, escrita y dirigida por su hijo, Manuel M. Velasco, interpreta a la fallecida Lucrecia Conti, la actriz más importante de España en cine, teatro y televisión; un papel marcado por su amago de retiro durante la presentación de la obra el pasado mes de marzo y por sus compañeros de reparto, encabezado por Antonio Resines. Y es que aunque Concha Velasco reconoce que le gustaría trabajar un poquito menos, la veterana actriz vallisoletana no para, pues también está rodando capítulos de la tercera temporada de Las chicas del cable. Sea como sea, este viernes estará en el Teatro Guerra de Lorca en lo que será -como siempre- una oportunidad única de verla en acción.

¿Va a ser la última vez que la vemos sobre las tablas?

Espero que no, aunque El funeral es una función de despedida.

Eso dijo en Valladolid.

Llegué a Valladolid, donde me daban una medalla importantísima, con la función poco ensayada, porque estoy haciendo la tercera temporada de Las chicas del cable.

La gente grita durante la función: «Bravo, Concha, no te retires».

Pues no es una proclama para que vengan a verme, porque no lo necesito.

¿Que la obra esté escrita y dirigida por su hijo es lo máximo?

Lo máximo y una preocupación, el pobre se lleva todos los palos, porque aquí no tratamos muy bien a la familia.

¿Envidia?

No, es una manera de ser. El otro día le regale a Manuel [su hijo] un libro de Jardiel Poncela, al que adoro. Aquí hay mucho de Un marido de ida y vuelta, de Eloísa está debajo de un almendro, de El destino se disculpa...

Siempre ha sido una gran lectora.

Es verdad, y mis hijos, sobre todo Manuel, han heredado mis lecturas. Le regalé ese libro donde Jardiel cuenta la crítica de Eloísa está debajo de un almendro, una obra maestra donde un crítico dice: «Me he salido antes de terminar, porque lo que tenía que hacer este señor era morirse».

¿Cuál ha sido su relación con los críticos?

Buenísima siempre. Haro Tecglen me daba sistemáticamente, decía que hablaba mucho y muy deprisa en Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?. Pero luego me votaba para el Premio Mayte de Teatro.

«Poca gente hay como ella», dijo Enrique González Macho cuando le dio el Goya de Honor en 2013.

González Macho me quería mucho.

¿Le queda algo por hacer?

El otro día nos reunimos los socialistas antiguos, que nos llamamos los confusos, y cuando me tocó hablar a mí, dije que no me siento confusa, ni confundida.

Más de ochenta películas, series de televisión, innumerables éxitos teatrales y ocho discos.

Y muy reconocida, además con algo que no puedo decir todavía.

En sus memorias, El éxito se paga

Hay una parte que sí, pero en el momento en que me operaron se inventaron una parte. Estoy de pleito. Pero hay una parte estupenda.

¿La de amores y desamores?

Lo primero que les compré a mis padres fue una moto con sidecar. Me he pasado la vida buscando la felicidad.

¿La ha encontrado?

Ahora quiero disfrutar de mis dos hijos y mi nieto.

¿Ha mejorado el teatro?

El IVA ha perjudicado a los espectadores y los actores.

Las series están dando trabajo, ¿no?

¡Qué buena es Fariña! Vaya lección nos están dando.

¿Ve muchas series?

Las que me gustan. Ahora soy fan de Fariña.

¿Qué le parecen las denuncias de acoso de las actrices de Hollywood?

Hay que denunciarlo.

¿Fue también acosada?

Claro que sí, pero no tengo que dar nombres, porque algunos están muertos.

¿Nos hemos vuelto más intolerantes?

Estamos viviendo una mentira, queremos ser defensores de algo de cara a la galería.

¿Postureo?

No quiero caer mal, soy de profesión simpática, como dice Buenafuente.

¿Qué le preocupa?

Lo de las pensiones. Que no se pueda aumentar las pensiones y se compre un portaviones... Debemos tener un ejército profesional, pero ¿cómo puede vivir una persona con 400 euros? Los abuelos nunca somos bien entendidos.

¿Hemos perdido el respeto a la gente mayor?

A los mayores y a las actrices nos tratan mal. Existe un desprecio total a la experiencia.