Compaginando su vida familiar y profesional, Ana Ballabriga y David Zaplana rompen con el estereotipo de que la vida del escritor es solitaria. Se conocieron mientras realizaban sus estudios en Valencia, pero su pasión por la palabra escrita les llevó a embarcarse en un proyecto literario conjunto.

Especialistas en novela negra, Ana y David trabajan codo con codo a la hora de contar historias como la de Ningún escocés verdadero, libro que les valió el Premio Indie de Amazon en 2016. Acaban de publicar su quinta novela, La paradoja del bibliotecario ciego, una historia de crimen y maltrato basada en hechos reales. ¿Qué hacer cuando nuestros mayores miedos viven junto a nosotros? Con esta cuestión de base, se cimienta esta historia donde el claroscuro del alma humana aflora con todo su esplendor.

P Existen muchas personas que afirman que hay que separar lo profesional de lo personal, ¿hasta qué punto es posible trabajar con su pareja?

R Ana: Digamos que, con el tiempo, hemos ido aprendiendo a llevarlo. Cuando nos conocimos, David tenía una idea para una novela que fue escribiendo, y yo le hice mis aportaciones. Empezamos a escribir de manera casual, no fue premeditado. Poco a poco hemos ido mejorando la técnica, aprendiendo que tu visión no es la única posible, sino que hay otra a la hora de enfrentarte a un proyecto nuevo.

David: Lo que tiene bueno es que te sirve como un primer filtro para las ideas que tienes cuando escribes, porque a veces piensas que son buenas y resulta que no lo son tanto.

P Escribir es algo bastante personal. ¿Cómo es tener que coordinarse con otra persona?

R A.: No es fácil. Igual que en otras artes es más habitual ver a los artistas colaborar, como películas con varios directores o guionistas, en la escritura parece que no tiene tanta cabida, que el mundo del escritor no es transmisible; pero si tú trasmites a los lectores, ¿cómo no trasmitir a otro escritor?

D.: Cuando trabajas con otra persona dejas de ser artista y pasas a ser artesano; pasas de dar tu mundo personal e interior a un proceso de negociación de ese mundo tuyo junto con el de otra persona.

P ¿Alguna vez han hecho algo en solitario?

R D.: Hemos hecho cuentos y algún guion, pero novelas nunca, siempre las hacemos juntos. En nuestro caso, tenemos comprobado que lo que hacemos juntos es mejor que lo que hacemos cada uno por nuestro lado.

P ¿Utilizan sus experiencias personales como trama en sus escritos?

R A.: Por supuesto, porque además una de las máximas que hay en la escritura es escribir sobre lo que conoces, las emociones, sentimientos... Las situaciones de las que escribimos por suerte no nos han pasado, tenemos una vida tranquila y nuestros escritos son más bien de novela negra.

D.: Aunque en este libro, de hecho, partimos de una historia real. Hace bastantes años, estuvimos dando un curso en el que había una chica adolescente; ella sabía que escribíamos, y habló con Ana, le contó su historia. Ella era marroquí y le comento que vivía con sus padres y sus tíos, y uno de sus tíos abusaba de ella. Lo habló con su madre y le pidió ayuda para denunciar, pero su madre le dijo que no, que eso sería su ruina ya que tendrían que pagar el abogado a su tío y ella hubiese quedado como la culpable por provocarle. Nos pareció una historia muy fuerte, y por ello en este libro contamos su historia.

P Entonces, ¿hablamos de una historia de maltrato de género?

R A.: Pero no nos centramos solo en este caso concreto de una cultura machista, lo que abordamos es la violencia dentro del ámbito más cercano.

D.: Contamos el maltrato y las agresiones que hay día a día entre la gente. Pero el libro no es un dramón, no es solo una historia de sufrir, hemos intentado que sea de misterio, entretenida, que sirva para pasar el rato y que, a su vez, puede haber una reflexión.

P La paradoja del bibliotecario ciego, Ningún escocés verdadero... unos títulos muy curiosos.

R A.: Son falacias de pensamiento. Las utilizamos dentro del libro y hacemos un juego con el lector. En el caso de La paradoja del bibliotecario ciego, es una teoría que tiene uno de los personajes del libro, y tiene mucha relación con el contenido del mismo.

D.: También va relacionado con el libro El nombre de la rosa, ya que el protagonista es muy fan de él, y en cuya historia también había un personaje que era un bibliotecario ciego.

P En esta novela plantean esa situación en la que la persona que debe cuidarnos es, en cambio, nuestro mayor enemigo. Un tema que, por desgracia está de actualidad... ¿Cómo saber en quién confiar?

R A.: Es cierto que es mucho más fácil que la violencia venga de tu ámbito más cercano. Siempre nos enseñan a protegernos de los extraños, ¿pero qué pasa cuando la violencia la ejercen las personas más cercanas a uno? No existe una respuesta para eso, nosotros no la tenemos. Lanzamos esa pregunta en el libro para ser más conscientes de ello.

D.: Lo que sí queríamos contar, y que la gente pudiera reflexionar al respecto, es la cadena que provocan las agresiones. Por ejemplo, si llega un padre enfadado a casa y le grita a su mujer, es una agresión; ella en respuesta grita, y si después los hijos hacen cualquier tontería en ese instante, lo que hacen es gritarles a ellos y castigarles; ese niño, cuando después vaya al colegio, es probable que esté enfadado y la pague con un compañero y haya peleas entre ellos€ y así continúa. Por eso queremos contar que debemos cortar esa cadena, para evitar que la agresividad y la violencia se pague con los que tenemos más cerca, los que más queremos.

A.: Además, no hay que olvidar que hay un patrón de aprendizaje. Si un niño ve a sus padres agresivos, también aplicará esa agresividad sobre los que tenga a su alrededor.

P En la novela se muestra la faceta más oscura de las personas. ¿Creen que existe la maldad?

R D.: Nosotros lo que hemos querido contar es que no hay personajes totalmente buenos o totalmente malos, sino que las personas comunes son normalmente buenas y, en algunos ratos, malas. Malas porque tenemos malos comportamientos hacia la gente que tenemos alrededor.

A.: De todas formas, yo creo que las personas somos egoístas, un egoísmo que nos enseñan desde pequeños y que debemos socializarlo.

P La sinopsis plantea qué se puede hacer cuando tus peores miedos te acechan y duermen junto a ti... ¿qué opinan, hay que vivir con miedos? ¿Cómo podemos hacerles frente?

R A.: Yo creo que los gobiernos pretenden hacernos vivir con miedo. Hemos estado muy preocupados, y seguimos estándolo, con el tema del terrorismo islámico, cuando la probabilidad es bastante pequeña a que ocurran atentados en comparación con otro tipo de violencia. Creo que les interesa que vivamos con miedo, y lo intensifican porque la gente con miedo es mucho más manejable y no lucha tanto por sus derechos, porque el miedo paraliza. Ahí está el proceso personal de cada uno de valorar qué de cierto hay en lo que nos quieren mostrar.

D.: También creemos que debería quedar claro que aquí en España no es habitual morir asesinado, son casos muy puntuales. En el libro hay un personaje que está un poco obsesionado con las estadísticas de muertes y asesinatos, de la política del miedo, y las estadísticas reales muestran que en nuestro país es muy improbable morir asesinado. La tasa es muy baja, no llega al 1%, mientras que la de suicidios es diez veces mayor.

P Se trata de su quinta novela. ¿Con cuál de sus trabajos se quedan?

R A.: Yo creo que Ningún escocés verdadero es la más transgresora, destinada a gente que quiere experimentar con la escritura. Lo que nosotros queremos con nuestras novelas es que enganchen, que no puedas evitar pasar la siguiente página. Y en esa novela hablamos de la moral, para cierto tipo de personas no es adecuada, es para gente que esté dispuesta a arriesgar a meterte a fondo en la historia.

D.: Pero en La paradoja del bibliotecario ciego lo bueno es que tiene muchos personajes protagonistas, y hay mucha variedad de edades, desde adolescentes hasta ancianos, con lo cual creemos que puede llegar a un rango de lectores de edad bastante amplio. Creemos que no es una novela que sea complicada de leer ni que vaya a tirar a la gente para atrás. Al contrario, consideramos que puede ser una historia de misterio que te puede enganchar y conseguir que te sientas identificado con alguno de los personajes.