ARCOmadrid, la feria de arte contemporáneo más importante de la temporada en nuestro país, comenzó ayer con polémica: con la retirada de la obra Presos políticos del artista Santiago Sierra. La obra en cuestión mostraba una serie de fotografías con rostros pixelados y una pequeña descripción que, pese a no desvelar la identidad de los protagonistas, daba pistas suficientes como para identificar a varios de ellos. Así, se podía reconocer a los detenidos en Alsasua, a Andrés Bódalo (concejal de Podemos, miembro del Sindicato Andaluz de Trabajadores y detenido también por varias agresiones) o a los titiriteros arrestados en 2016 por un montaje de marionetas infantil en el que se mostraba una pancarta con el mensaje: 'Gora Alka-ETA'. Ocupaba un lugar destacado Oriol Junqueras, exvicepresidente de la Generalitat de Cataluña, y los Jordis (Cruixart y Sánchez), encarcelados por su relación con los actos que rodearon al referéndum del 1-O y la posterior proclamación de la república catalana.

La galerista Helga de Alvear, responsable de la exhibición de la obra, explicó tras su retirada que la petición vino del presidente de Ifema, Clemente González Soler, que no le ha dado motivos políticos. «Supongo que alguien no quiere tener jaleo con Cataluña», acertó a comentar la galerista, una de las fundadoras de ARCO, tras la insistencia de la prensa. «'El galerista eres tú, si lo quieres descolgar, descuélgalo', le he dicho», añadió para explicar que la retirada fue responsabilidad de Ifema y que se produjo a primera hora de la mañana.

Las reacciones no se hicieron esperar, y aunque De Alvear consideró que no se trataba de un acto de censura -«Si tú haces algo en tu casa, eres el que manda»-, el Ayuntamiento de la capital rechazó la retirada, al igual que políticos de distinto signo como Pablo Iglesias o Juan Carlos Girauta, y artistas como Eugenio Merino, que fue tajante con sus palabras: «En ARCO y en España hay censura».