Pocos grupos han abarcado una intachable trayectoria que sobrepasa el cuarto de siglo. Los Marañones son uno de ellos, un conjunto beat, rock, funk€ -no hacen música sectaria-, una entidad musical cuya influencia persiste entre quienes ven en el pop un discurso capacitado para la sensibilidad y la inteligencia crítica.

Han volado 30 años desde que echaron a andar, 25 desde la aparición de Quiero bailar agarrao, su primer disco grande, y siguen aquí. Eso sí, todavía inefablemente señoriales, y demostrando la pervivencia de un repertorio que, como los buenos vinos, gana con el tiempo. Sus canciones, su música, su mensaje, les han trascendido en vida. Los Marañones siguen siendo baluarte para el rock que nunca muere, y si muere, resucita. Hay que rendirse ante la evidencia. Su furia de juventud permanece intacta y en plena forma.

La celebración de su veinticinco aniversario supuso la fiesta de presentación de Microsonidos 2018, y ahora continúan con la segunda parte de un Tour agarrao que esta noche para en el Club Atalaya de Cieza.