Alexanderplatz es el nuevo proyecto de Alejandro Martínez, guitarrista, compositor y productor de los desaparecidos Klaus&Kinski, que debuta con el EP Contrarreforma, de composiciones eminentemente pop y pasajes instrumentales plagados de guitarras y sintetizadores analógicos, con querencia por estilos afines (kraut rock, shoegaze, dream pop), la balada y la electrónica de vieja escuela.

Tras la disolución en 2013 de su antiguo grupo, que dejó tres álbumes sobresalientes, Alejandro se había mantenido al margen de la actualidad musical hasta que a finales de 2016, tras producir Caza mayor EP, de Espíritusanto, terminó de dar forma a las canciones incluidas en este primer álbum de su nueva etapa discográfica. Un estreno que en directo ya tuvimos oportunidad de disfrutar en la pasada edición del festival Ruidismo, pero que esta noche ofrece una segunda oportunidad para los despistados: actuará en la Sala 12&Medio de Murcia como parte de la programación del Microsonidos, en una cita en la que le acompañarán los argentinos Cápsula, que vuelven a Murcia con su homenaje a Ziggy Stardust, de Bowie.

¿Has vuelto a la civilización musical, como dices?

Más o menos. En realidad nunca me he ido. O al menos no muy lejos.

Alexanderplatz es un nombre que te va mucho. ¿Tiene más que ver con Berlín o con Battiato?

Tiene que ver con mi nombre, a modo de seudónimo, más bien. Como el que se pone la gente en las redes. No es que me interesen especialmente las redes, pero supongo que define al proyecto más concisamente, al ser yo sólo. Me gusta que remita a Berlín y a Alemania, desde luego. Y lo de Battiato es por añadidura, pero también lo pensé, claro.

Un EP de cuatro temas tras cuatro años sin saber de ti. ¿Cuándo te dices a ti mismo «ahora es el momento»? ¿Y por qué un trabajo tan corto?

Porque es para una colección de EP's que está editando periódicamente Jabalina. Tanis (de Jabalina) me propuso hacer uno, y, bueno, lo tomé como una oportunidad para decidirme a publicar algo, porque si no me iba a pasar la vida sin decidirme a acabar nada -aunque nunca hubiera parado de trabajar en el estudio, a mi aire-. Así que elegí terminar un par de cosas que tenía por ahí y estirar la idea con instrumentales que le dieran unidad al disco.

Un álbum es algo más ambicioso, pero este EP parece una obra cerrada.

Precisamente por eso, porque intenté concebirlo acercándome más a una sucesión lineal de momentos musicales, y no tanto como una muestra más o menos anecdótica de temas. Y a nivel de sonidos, arreglos y producción también quise hacerlo homogéneo.

Tus nuevas composiciones llevan la inconfundible impronta de Klaus&Kinski, pero esto de Alexanderplatz evidentemente no es lo mismo. ¿Cómo lo diferencias?

En que esto soy yo sólo, vaya. Que no haya una voz femenina ya cambia mucho la cosa. Marina tenía mucho carisma y yo jugaba a hacer cosas a veces locas y dispares que contrastaran con su voz, casi como rasgo de identidad. En esto, por el momento, no tanto. O bueno, vete a saber. Porque en realidad es el mismo impulso: hacer lo que te pide el cuerpo.

¿Has tenido la tentación de hacer canciones para otros?

Hubo un intento de hacer un disco a medias con David Rodríguez (La Bien Querida) en el que cantara distinta gente, pero en eso se quedó, en intenciones.

¿Cómo juzgas ahora tus discos con K&K? ¿Algo de qué arrepentirse?

Bien. Obviamente ahora hay cosas que me gustan más y otras menos, como todo en la vida, pero todo tiene su sentido en su momento.

¿Os afectaban las críticas? ¿Qué comentabais entre vosotros?

A mí no demasiado. O, bueno, lo razonable, como a cualquiera. Quizá más a Marina, pero era algo comprensible si piensas que todo aquello en lo que se metió fue más fruto de la casualidad que de las ganas que realmente pudiera tener de subirse a escenarios.

¿Tras la disolución en 2013, qué fue de K&K? ¿Ha habido algún intento de recuperar ese proyecto?

No, qué va. Lo que fue, fue.

¿Se quedaron cosas de K&K sin salir?

Alguna. No muchas realmente acabadas, incluso mezcladas, pero algo hay. Bocetos, por supuesto, muchos.

Contrarreforma sugiere evolución, aunque atendiendo al significado etimológico también podría entenderse como involución. ¿Cómo justificas ese título?

Pues precisamente así. Aunque en realidad lo que tenía en mente es el Concilio de Trento.

Ahora llevas la voz cantante, aunque en #Fo ya cantabas. ¿Podrías haberte quedado quieto, como dice la canción?

No es que tenga gran vocación por ello, aunque sí que la tengo por la música en general, y eso es una faceta más. Lo que desde luego sí que tenía claro es que lo que fuera me lo cocinaba yo solo.

Contrarreforma presenta en cada cara instrumentales con el mismo título ( Si no lo paso mal no me lo paso bien ); sólo les distingue el número romano, pero son dos composiciones distintas. ¿Te interesa la música instrumental ? ¿Cuál es su papel? ¿Son introductorias, preámbulos?

Me interesa, como me interesan muchas cosas. La mitad de lo que escucho habitualmente en mi día a día no posee pistas vocales, sea jazz, electrónica, clásica... El formato tradicional de canción es otra cosa. Ya sé que esto que hago se engloba dentro del cajón de sastre del pop rock, pero es algo que me apetece hacer, no ceñirme sólo a hacer canciones.

En la grabación has contado con un batería reputado como es Sergio Bernal. ¿Cuál era el planteamiento de la grabación?

Tenía claro que quería trabajar con batería en las canciones, y a Sergio lo conozco hace mucho tiempo. En los intrumentales no; son samples de cajas de ritmos u otros sonidos que capturo y manipulo para hacer los beats. Pero en general ahora me apetece mucho trabajar con batería acústica. Es un poco raro, porque acabo grabando la batería definitiva casi al final, en vez de hacerlo al revés, grabar la base e ir añadiendo.

Hay un momento en que por el uso de los teclados puedes recordar a Azul y Negro. ¿Es algo intencionado o se trata de un guiño a la electrónica vintage ?. En Bucle , parece que tomaras una cita de Vangelis de Blade Runner ...

No, pero me gusta esa época. El synth pop británico de los ochenta, que era el referente en España en esa onda. Bucle te recordará a Vangelis por el sonido tan setentero de sinte analógico. O a Jarre, Tangerine Dream... La verdad es que sí que me interesa esa electrónica o protoelectrónica de los setenta, sobre todo por el sonido. Bueno, y por supuesto los ochenta.

«No dejo de pensar en pensar que lo evito / y si pienso en evitar el pensar todo eso que he dicho / ya he vuelto al mismo punto / así que ya da igual». ¿Es un bucle existencial o se trata de un juego con el lenguaje?

Es un juego de palabras formando su propio bucle. Pues eso, ya lo has respondido tú, aunar significante y significado.

¿ Contrarreforma es una toma de contacto con las nuevas posibilidades que ofrece tu voz y nuevo estilo de producción?

Supongo. O lo último por lo que me ha dado. O simplemente lo primero que he publicado hasta ahora, porque nunca dejo de trabajar.

«Estaba inmóvil y ahora puedo andar / Estaba sordo y ya puedo escuchar / Estaba muerto y ahora no puedo parar / de lamentar que ahora me puedo lamentar». ¿Has resucitado artísticamente?

En realidad eso viene de la idea de imaginarme a Lázaro reprochándole a Jesucristo que para qué le trae de vuelta, con lo bien que él estaba.

El fondo religioso o filosófico, que dominaba en Klaus, parece que se mantiene en frases que aportan mucho más de lo que parece, como «Si tú supieras bien qué es lo que se siente / dejarías de resucitar gente» o «Qué pereza da tener que esperar a que se vuelva a repetir por necesidad / el principio de lo que es ni principio ni final».

Pueden ser metáforas muy enrevesadas, claro. O no. Estirando siempre el lenguaje. De eso va esto, imagino (o no).

Aparte de tocar la guitarra en un tema del nuevo disco de La Bien Querida (el que cuenta con Jota de Los Planetas y Muchachito), también has colaborado con Murciano Total. ¿Tenías mono de actuar por tu cuenta?

En realidad, eso fueron aportes para amigos que me lo pidieron y que yo hice encantado. Pero no es nada que te absorba, son cositas puntuales. Hacer lo tuyo te consume en realidad mucho tiempo. Pero no sé si mono. Simplemente decidirme de una vez.

Has tocado en Madrid, Barcelona y en el Ruidismo. ¿Qué tal te ha ido? ¿Has pensado en ampliar la banda?

Tal vez, pero ahora estoy más centrado en grabar y terminar cosas. Pero es agradable empezar a montar directos. De momento tenemos un set planteado con batería (Miguel Porras; tenía muy claro que quería un batería que le diera dinámica al asunto) y mucha electrónica cacharril: sintes secuenciados, controlados o tocados en vivo. Y guitarra eléctrica, claro. Un poco en la línea del EP.

No sé si te has planteado sondear con este EP cómo encajaría Alexanderplatz. ¿Cómo ha encajado?

Bueno, bien, no sé, tampoco le doy muchas vueltas. Es que al fin y al cabo es sólo un EP (no un largo aún, que es siempre una jugada más ambiciosa), así que sólo puedo estar agradecido por la atención prestada.

¿Y ahora qué?

Me sigo poniendo el despertador por las mañanas para meterme al estudio y aprovechar el tiempo, a ver si acabo algo.