El Archivo General de la Región de Murcia inaugura esta tarde la exposición Desahucios iconográficos del creador parisino, aunque afincado en Murcia, Frédéric Volkringer. La muestra reúne cerca de cuarenta imágenes que reflexionan sobre la arquitectura publicitaria e industrial y el paso del tiempo, y se podrá ver hasta el 8 de febrero.

El director general de Bienes Culturales, Juan Antonio Lorca, acompañado por el autor y por el comisario Paco Salinas, presentó ayer esta nueva muestra en el Archivo General, «un espacio consolidado que continúa centrándose de forma especial en el arte de la fotografía, abriendo sus puertas a los creadores, sobre todo murcianos». De este modo, añadió, «el Archivo va más allá de las imágenes históricas que forman parte de sus fondos y de su labor estrictamente documental, tanto de custodia y conservación de los textos e imágenes como de su exhibición y puesta en valor, apostando por un centro más moderno y dinámico».

En la muestra, Volkringer centra su mirada en la comunicación publicitaria, en particular en arquitecturas y piezas totémicas que, junto a sus contenidos iconográficos, están abocados a la decadencia por el paso del tiempo. En el catálogo, el comisario Paco Salinas señala que esta obsolescencia «deja hecha añicos su primigenia intención, seducirnos, y los condena a un más que justo y, en ocasiones, bufo desahucio».

Volkringer se basa en dos de las principales funciones de la fotografía: dejar constancia de lo que sucedió y fragmentar e interpretar el mundo y la realidad, apropiándose de alguna manera de ella. Desahucios iconográficos muestra la situación de estos objetos físico-icónicos ya desprovistos de la función para la que fueron creados, y fija la mirada en el paisaje en el que habitan y les rodea.

A través de estas obras aborda el paso del tiempo y habla también de la belleza y el misterio, de cómo los elementos abandonados pueden transformarse en imágenes plenas de fuerza, que interrogan y sugieren. El espectador puede interpretar cierta denuncia por la contaminación del medio ambiente, ver la decadencia de iconos que pretendían ser referencia de la modernidad e, incluso, advertir lo tramposo de ciertos procesos publicitarios, ya que Volkringer invita a cada persona que se asoma a su obra a proyectar su mirada y, en definitiva, a sacar sus propias interpretaciones y conclusiones.

La táctica creativa del fotógrafo francés, según indica el comisario, consiste en construir imágenes con varias imágenes -en ocasiones del mismo objeto desde diferentes posiciones- en las que a su vez hay otras imágenes. Y el creador rompe el formato asociando todas esas capas y puntos de vista, lo que genera nuevos significantes que trascienden la lectura por separado, obligando al espectador a un esfuerzo de comprensión.