Lo ha ganado todo en el rap: Campeón Nacional de la Red Bull Batalla de los Gallos en 2009 -con solo 15 años- y en 2015; finalista hace apenas unos días en Ciudad de México del campeonato internacional de esta modalidad, certamen que ya ganó en 2015 en Chile, y récord Guinness de improvisación de rimas durante más de 24 horas en octubre del año pasado. Ahora, tras el libro Asalto al vacío (2016) y un sinfín de maquetas desde 2009, Guillermo Rodríguez, más conocido como Arkano, presenta Bioluminiscencia, su primer álbum. Para muchos la gran promesa del rap estatal, esta tarde estará en la FNAC del Centro Comercial Nueva Condomina de Murcia presetando y firmando su esperado largo.

P ¿Cómo has afrontado la grabación de tu primer disco?

R Es una labor complicada, porque estos últimos años el público se ha acostumbrado a mi papel como improvisador o freestyler, y sentía cierta presión porque la gente pensaba que si improvisando resolvía las rimas tan bien, escribiendo sería un máquina. Decidí liberarme de ansiedades y hacerlo lo mejor que pudiera, y la verdad es que estoy muy contento con el resultado. Es un proceso que viene de años atrás, el trabajo se ha ido realizando de manera intermitente. Y por fin lo tenemos entre las manos.

P Es un debut tardío, dado el tiempo que llevas en el rap.

R Había grabado cinco maquetas desde 2009, pero no han tenido tanta relevancia como mi papel en el terreno de la improvisación. Sacar un disco a nivel profesional era algo que tenía pendiente. Lo bonito de mi carrera es que no hay ningún tipo de estrategia. Hago lo que me apetece en cada momento y ahora quería sentarme, juntar ideas y dar forma al disco.

P Y debutas con un sello independiente. ¿Era la mejor opción?

R Respeto mucho a quien publica sus trabajos con discográficas como Sony, Warner o Universal, no me parece una mala opción, pero no quería hacer así este disco. No es que rechace a las multinacionales, pero prefería tener el control absoluto de todo el contenido, algo que me ofrecía el sello Rosevil, y poder gestionarlo a mi manera, hacer el plan de comunicación como quería, etc... Al fin y al cabo, disponer de esa flexibilidad y ese control de mi obra que de otra forma no podría haber tenido.

P ¿Recibiste ofertas de sellos más grandes?

R No te creas [Risas]. Hubo conversaciones y el tema estuvo sobre la mesa, es cierto, pero piensa que, aunque sea medianamente conocido, no había sacado ningún disco hasta ahora, por lo que no tengo una trayectoria como para que apuesten por mí.

P En tu caso, el rap conlleva una mirada crítica y un compromiso ideológico. ¿Se contradice eso con trabajar para multinacionales?

R No me gusta ser radical en ese aspecto. He trabajado con Red Bull o Vodafone. Lo positivo es que te ayudan a amplificar tu mensaje sin querer modificarlo ni pervertirlo. Si se puede llegar a ese punto, a comunicar lo que quieras y como quieras, ¿por qué no? Red Bull organizó el récord de improvisación y eso me ayudó a que me siguieran casi dos millones de personas por streaming, que hubiera treinta mil viéndome en directo en Madrid y que pudiera lanzar los mensajes que quise en cada momento, como cuando me puse a hablar del drama de los refugiados o del problema del machismo. No creo que tengamos que quedarnos todos en el parque de nuestro barrio rapeando para nuestros amigos y decir no a las marcas, siempre que sea de forma limpia.

P Pero es un terreno resbaladizo. ¿Cómo se conjuga pronunciarse en contra del machismo y actuar en programas que lo fomentan, como El hormiguero, o aparecer en First dates?

R Tienes toda la razón. No me verás haciendo promoción de este disco en El hormiguero ni visitando el programa, a no ser que las cosas cambien radicalmente. Ahora mismo no me apetece. En el caso de First dates, me ofrecieron la posibilidad de hacerlo y me pareció algo divertido. Lo volvería a repetir. Había una chica a la que le gustaba el rap y le hizo ilusión que yo apareciera y la saludara. Lo hice sin cobrar, por pasármelo bien.

P ¿Qué significa conseguir un récord Guinnes de improvisación?

R Fue un sueño cumplido, algo mágico. Alzarme con el título de campeón mundial y el récord, ver a todas las personas que se reunieron allí para darme fuerza... A nivel mediático, significó un gran impulso, ayudó a visibilizar el rap, a normalizar la presencia de los raperos en los medios de comunicación, y me ha ayudado a expandir mi visión de las cosas y lanzar mensajes que creo necesarios a nivel social.

P ¿No hay también mucho circo?

R Sí, pero ahí es cuando hay que ser inteligente. Si lo transformas en entretenimiento, en algo espectacular y atractivo para el espectador medio, y lanzas el mensaje que quieres, es positivo, teniendo claro que estás ahí por lo que estás.

P En Con la cabeza alta dices que si haces rap es porque escuchaste a Nach hace diez años. ¿Eres hijo del hip-hop español?

R Totalmente. Soy cien por cien rap español. No queda muy bien decirlo dentro de la escena, pero consumo muy poco rap americano.

P ¿Significan algo para ti nombres como Grandmaster Flash, Public Enemy o NWA?

R No he llegado a conectar con los artistas americanos. No sé si por diferencias culturales o de idioma, porque no sé inglés y eso es una barrera importante€ A nivel objetivo, sé que tienen las mejores producciones y los raperos con más técnica, no niego su peso histórico, han hecho grande el rap y la cultura hip-hop, les estoy agradecido y tienen mi admiración.

P ¿Cuál es tu postura respecto al trap?

R Me parece injusto generalizar. El trap es muy interesante a nivel musical, tiene componentes muy novedosos, pero a nivel temático contiene cosas que no me gustan. He escuchado letras cargadas de machismo, de elitismo extremo, de individualismo€ Son cosas que no me atraen. Pero no vamos a jugar a ser policías de la moral ni a poner barreras al arte. Me parece que es necesario, porque nace fruto de la rebeldía de los jóvenes y representa su espíritu transgresor, pero promueve actitudes tóxicas que generan desigualdad.

P ¿No hay también rap machista y violento?

R Por supuesto. Las batallas de gallos continúan siendo profundamente machistas y homófobas. Lo digo siempre: Si quiero cambiar el mundo, lo primero que debo hacer es cambiarme a mí mismo y mi entorno, por eso señalo y denuncio esas actitudes que están dentro de mi cultura, del rap y de las batallas de gallos. Es terrible, absolutamente terrible, y a nivel personal estoy intentando cambiar estas cosas, pero cuando me preguntan por otros géneros tampoco puedo quedarme callado.