Punto final. El Cartagena Jazz Festival dice hoy adiós a su trigésimo séptima edición con un programa que tendrá como gran protagonista al malagueño Toni Zenet y que cerrará el pianista cubano Roberto Fonseca en el Nuevo Teatro Circo de la ciudad portuaria. Antes, este mediodía, a partir de las doce y media en la Plaza del Icue, veinte músicos de la Escuela de Música Moderna Groove In de Murcia -bajo el nombre de Big Band Groove In- pondrán su granito de arena a la clausura con un recorrido por los diferentes estilos del género y un repertorio exquisito basado en una selección de composiciones de grandes maestros, como Count Basie, Duke Ellington o Glenn Miller. Una sesión gratuita que hará las delicias de jóvenes y expertos aficionados.

Conveniente Toni

Eso sí, sobre el papel, los encargados de bajar el telón serán Zenet y Fonseca, ambos con la excusa de presentar sus nuevos trabajos discográficos. En concreto, el malagueño lo hará con Si sucede, conviene, un trabajo en que el crooner andaluz ha querido salir de su «zona de confort» -laboriosamente lograda con su trilogía inicial- para emprender nuevos caminos acompañado de nuevos ritmos, nuevos géneros y nuevas experiencias.

Desde que se subió por primera vez a un escenario hasta hoy, han pasado los suficientes años como para que sepamos que con Zenet no estamos ante un fenómeno producido por una moda pasajera. Menos aún ante un frío producto de las técnicas de marketing. El malagueño ha sabido buscar a su público -y encontrarlo- para ofrecerle un proyecto artístico auténtico, personal, sólido y coherente, no un castillo de fuegos artificiales de los que se apagan conforme pasa el primer relumbrón. Pero hablamos de un artista que ha sabido madurar, y que se niega a estancarse o a dejar de aprender y evolucionar, por lo que nadie puede descartar alguna sorpresa.

Con Cuba en el corazón

Por otra parte, hablar de Roberto Fonseca, es hablar de uno de los más destacados pianistas cubanos contemporáneos. Su nuevo disco se titula Abuc, y se estructura como un viaje en el tiempo a través de las eras musicales que han marcado la isla.

Nacido en 1975 en el seno de una familia de músicos, ya demostró en discos anteriores su talento para fusionar las diferentes corrientes musicales presentes en Cuba con una base de jazz. Según sus propias palabras, «uno toca como piensa», y lo primero en la cabeza de Fonseca es Cuba. Así, en Abuc hay mambo, bolero, chachachá e, incluso, contradanza. Sin embargo, no es un disco nostálgico. Fonseca fusiona música tradicional con ritmos como el hip-hop, el R&B o la electrónica.