Una familia viviendo al límite de la disolución, una disolución evidente pero secreta; conviviendo en una casa que los contiene y los encierra, construyendo espacios personales dentro de los espacios compartidos, cada vez más complejos de conciliar. Una convivencia imposible transitada desde el absurdo devenir de lo cotidiano, donde lo violento se instala como natural y lo patético se ignora por compartido.

Así es La omisión de la familia Coleman, una obra del argentino Claudio Tolcachir que esta noche llega a las tablas del Teatro Circo de Murcia. Esta pieza «es el fruto de nueve meses de ensayos diarios, trasnoches y madrugones en donde este grupo, este maravilloso conjunto de talentos humanos, de actores sobrenaturales, se entregó sin especulaciones a la gestación del que sería mi primer texto teatral», explica el actor y director bonaerense.

«Estrenamos un agosto de lluvia con la esperanza de haber realizado un buen trabajo y sin más expectativa que permanecer algunos meses en cartel para mostrar orgullosos nuestro trabajo. Pero cada vez era más y más gente la que se acercaba a la sala. Y fueron más y más funciones», recuerda Tolcachir. Luego vinieron los viajes, las giras, la construcción de una nueva sala, más grande, y más temporadas en distintos países, «un placer y una emoción que nunca nos abandonó después de que esta familia tan nuestra fuera adoptada con pasión en todo el mundo», señala el joven dramaturgo. Ahora, los Coleman llegan a Murcia con un reparto formado por Jorge Castaño, Araceli Dvoskin, Diego Faturos, Tamara Kiper, Inda Lavalle, Miriam Odorico, Gonzalo Ruiz, Fernando Sala

La obra, que ya es un clásico del teatro en Argentina, fue la que le permitió cruzar al otro lado del charco. Actualmente, La omisión de la familia Coleman lleva más de 2.000 funciones y la han visto más de 265.000 espectadores de 22 países, y esta es su gira de despedida siete años después de su estreno.