Ochenta años de su nacimiento, veinte de su triste adiós y treinta desde el estreno de la obra. Parece difícil que ante semejante aluvión de efemérides 2017 se acabe sin un homenaje a José María Párraga, uno de los creadores más influyentes de esta Región durante el pasado siglo.

La iniciativa hay que agradecérsela a Aftalía Teatro y al Auditorio de Algezares, que será el que acogerá la representación de Una princesa de Nueva York, un texto de Lorenzo Piriz-Carbonell que el maestro cartagenero apoyó con una escenografía brutal y que este viernes será la protagonista indiscutible de este sentido homenaje. De hecho, la sesión estará arropada por una exposición en el hall del auditorio compuesta por 14 fotografías -de siete autores diferentes- y algunos de los bocetos originales con los que Párraga empezó a esbozar este espectacular escenario de enormes dimensiones y creado a base de «objetos que él fue recogiendo por vertederos de Murcia, Molina o Mazarrón», explica la actriz Inma Martín, encargada de dar vida una vez más a Carmy, protagonista de la obra.

Ella no es ni más ni menos que «un personaje de los tantos tantísimos seres cercados por una mordiente soledad; un personaje que se desintegra en Nueva York, pero que continuamente nos estamos encontrando por la calle. Es una persona culta, con estudios, que va contando su vida durante la representación -su infancia, su juventud- y nos muestra que tuvo hogar, familia, ilusiones», antes de convertirse en una sintecho. Y es que, cuenta Martín, la escenografía de Párraga representa «la soledad, la marginación, y todos esos problemas sociales a los que se enfrenta el indigente», una cuestión ante la que Párraga era particularmente sensible: «El escenario y el tema de Una princesa de Nueva York van unidos, porque el mismo Párraga siempre estaba por ahí pintando, y aunque no era un indigente, era un personaje de la calle».

El objetivo de este acto es, según la actriz, que aquellos que conocieron en vida al artista «vayan a darle un aplauso a través de su escenografía», y que aquel que no la haya podido contemplar nunca en directo -no se monta desde 2013, debido en parte de la magnitud de la misma y a las dificultades técnicas que la pieza conlleva- pueda disfrutarla: «La última vez la tuvimos dos días montada para que la gente fuera a verla como el que va a Madrid a ver el Guernica de Picasso». De hecho, esta tarde comenzarán a montarla y quien así lo desee podrá visitarla mañana por la mañana o antes de la función.