Una densa bruma oculta casi por completo la figura del escritor. Una oportuna y solitaria luz cenital endurece su rostro y la pronunciada cuenca de sus ojos oculta por completo su expresión. Pálido, seco y rígido en el centro de la imagen; inmóvil ante el avance de una ola de viscosos tentáculos que se deslizan con fría lentitud hacia el objetivo. Él es H. P. Lovecraft, y la extraña criatura que le sigue como una sombra pegada a sus zapatos bien puede ser Cthulhu o alguna de sus octópodas criaturas. Porque hay Lovecraft más allá de su creación literaria más emblemática, porque tras él hay todo un universo de monstruos de difícil descripción y atmósferas represivas; y aún así, la escena anteriormente descrita -por gráfica que sea- no parece haber seducido a la industria del cine.

Ramón Monedero tiene claros los motivos. «En primer lugar, cuando empezó a adaptarse al cine se hizo con pelis de bajo presupuesto y sin demasiado éxito, y creo que eso lo ha acorralado en un sector minoritario del cine. Además, es un autor muy complicado de adaptar porque en sus relatos aparecen muchos monstruos, y estos son descritos de forma extraña, algo muy difícil de asumir para un medio tan acostumbrado a mostrar como el cine. Y, por si fuera poco, sus historias muchas veces carecen de clímax. ¿Te imaginas una película sin clímax? Es muy difícil y poco goloso para la industria».

Sin embargo, Monedero, crítico de cine de LA OPINIÓN, y el experto Antonio Rentero se han propuesto «rescatarle» de esa mazmorra mediática en la que ha sido encerrado a base de malas adaptaciones y películas de serie B. Y, ¿por qué? «Porque a él le debemos la saga Alien, la filmografía de Guillermo del Toro y algunas de las películas más destacadas de John Carpenter. Le debemos una forma de entender el miedo, el terror; un tipo de naturaleza que está por descubrir y que tiene su origen en un pasado remoto de nuestra tierra», explica Monedero. Pues según Lovecraft, «no somos más que unos visitantes que pasamos por aquí y estamos a merced de criaturas ancestrales». ¿No les suena a Prometheus (2012, Ridley Scott)?

Y es que el gran legado del escritor norteamericano es ese. Más allá de Cthulhu o el Necronomicón, el séptimo arte ha hecho suyo su espíritu, sus ambientes opresivos, las raíces de sus historias. La propia Alien, La Cosa de Carpenter... En definitiva, lo que Monedero define como 'horror cósmico', «un miedo, no ya a un fantasma que se esconde detrás de una puerta, sino un miedo vital a la existencia del ser humano en una tierra inhóspita llena de criaturas por descubrir». Y esto es algo que queda patente en Lovecraft, la alargada sombra del tentáculo (Rosetta), libro que presentan esta tarde (19.30 horas) en el Centro Cultural Las Claras de Murcia y que recoge textos de más de una decena de autores, con una extendida representación murciana (como Pedro Piñera o el profesor Gabri Ródenas) y firmas de amplio reconocimiento nacional, como Tonio L. Alarcón o Hilario J. Rodríguez. Una obra dividida en tres grandes bloques que repasa y analiza la vida y obra del autor, su relación con el cine -«Una relación extraña, turbulenta y difícil»- y la importancia de su legado en otros ámbitos, como el cómic o los videojuegos.

El libro, además, cuenta con la expresa recomendación de los que tal vez son los mejores herederos de su legado en el ámbito cinematográfico, los ya citados Carpenter y Del Toro, de quien cuenta Monedero que no pudo escribir el prólogo por cuestiones de agenda -se encontraba ultimando The shape of water, ganadora del León de Oro del Festival de Venecia, y la tercera temporada de The Strain-, pero no dudó en sugerir alguna corrección al trabajo. Algo sabe de Lovecraft el cineasta mexicano, quien a punto estuvo de sacar adelante la adaptación de Las montañas de la locura. Con James Cameron y Tom Cruise en el ajo, la cosa acabó torciéndose «por diferencias creativas» -recuerda Monedero-, pero para el crítico murciano sigue siendo una de las cuentas pendientes en la historia del cine. Al parecer, la polémica calificación R (menores de 17 acompañados) tiró para atrás a la Universal -año 2011-, aunque, recientemente, Gary Ocampo, uno de los colaboradores del autor de El laberinto del fauno, sugirió la posibilidad de retomar el proyecto.

Sea como sea, el universo de Lovecraft -sea o no directamente reconocido- entierra sus raíces en una de las ramas más exitosas del cine; y, sea como sea, su nombre parece condenado al ostracismo. Un autor maldito, un autor encarcelado y al que desde Murcia Antonio Rentero y Ramón Monedero ofrecen una mano para escapar de sus propios monstruos en Lovecraft, la alargada sombra del tentáculo.