Picasso realizó modificaciones diversas en cada uno de los personajes o zonas de su obra Guernica. Finalmente desechó lo gratuito y solo dejó en las sucesivas fases aquellos elementos más significativos que el cuadro nos ofrece como obra definitiva. Son algunas de las conclusiones a las que han llegado los investigadores Fernando Picornell Cantero y Manuel González Núñez tras los estudios lingüísticos y semióticos que han realizado sobre los 42 apuntes de la obra.

Estas aportaciones han sido resultado de los trabajos realizados en el Museo Centro de Arte Reina Sofía en Madrid, Casa Natal Museo Picasso y Museo Picasso de Málaga. Cuentan además los contactos realizados con la periodista freelance Meritxell-Anfitriete Álvarez Mongay y, últimamente, con Genoveva Tusell, doctora en Historia del Arte, que ha editado el libro El Guernica Recobrado. Picasso, el franquismo y la llegada de la obra a España. Publicada en 2017, la obra coincide con el ochenta aniversario del Guernica. La historiadora es hija del ilustre director general de Bellas Artes hasta 1982, Javier Tusell, quien participó en las gestiones para que el cuadro pudiese venir a España.

El montaje que Picasso realizó mientras pintaba el cuadro despistaba a sus visitantes y le permitía seguir dejando sus signos y símbolos, ocultos y, así ocurrió en la última fase del cuadro. El hacha enastilada, confundida con el casco del caballo, y la cabeza decapitada del soldado junto a ella -ambos dejados por Picasso para el final para evitar riesgos- los terminó de pintar en los últimos momentos del cuadro, como el boceto de la cabeza del 'soldado' del día 4 de junio del 1937 que cambia por el anterior, lo cual le hace modificar la posición de la cabeza que ya no mira el suelo sino el cielo en su Guernica. Cabeza que aparece decapitada por ese hacha que porta el mino-tauro como en los grabados de «los desastres de la guerra» de Goya.

Las fases del cuadro

Picasso siempre quiso evitar preguntas embarazosas sobre las fases del cuadro que, realmente las tuvo, incluso de Dora Maar, asidua del reportaje fotográfico como jamás se hizo de otra obra de Picasso. Y, así ha resultado que, el enigma quedó más oculto a las posibles preguntas por sus seguidores en las distintas fases en las que se produjeron cambios muy profundos.

Los investigadores Fernando Picornell y Manuel González se basan en los objetivos y en el estudio de diferentes profesores, como es el caso de Enrique Mallen, catedrático de Lingüística, Semiótica e Historia del Arte en Sam Houston State Uneversity. Es investigador en las obras de Picasso con su libro La muerte y la máscara en Plablo Picasso. Berkeley Insignes in Linguistics and Semiotics 87. Se tratan de estudios muy relevantes para toda la investigación, ya que Picasso configura una calavera en el labio superior del caballo de su Guernica, uno de muy importantes símbolos ocultos propio del 'sinequismo' que Charles Sanders Peirce define: «es la secuencia que toman los signos para continuar su existencia»; yo también considero que son «los valores aparentes de los signos en sus significados», y esa calavera que cobra forma en el labio superior del caballo, es, como todos los demás signos, y símbolos: el hacha y el casco del caballo, la bomba en el interior de la boca del caballo que rellena sus mofletes, la mandíbula inferior del caballo que configura una gorra de gudari o soldado, etc. Son los botones de muestra de nuestro trabajo científico, y, lo que evidencia esa calavera: la obsesión que Picasso tenía con la muerte. Y Mallen lo deja bien claro en su obra.

Estudio

La importancia de Picasso y el Guernica en el mundo del arte sigue viva en las investigaciones de Manuel González Núñez (Magnú) y Fernando Picornell Cantero en este trabajo que se viene realizando en la Escuela Internacional del Doctorado, y la Facultad de Bellas Artes en la Universidad de Murcia desde 2016.