El Fandi arrastra una importante lesión muscular o fibrilar que le ha obligado a parar varias veces en las últimas semanas. Pero en Murcia, a pesar de que se le vio cojear, no escondió nada de su repertorio. De hecho, al cuarto toro de la tarde le puso cuatro pares de banderillas, uno de ellos, perfecto, al quiebro después de haber citado de rodillas. Justo antes de ese tercio, David había intentado un quite por lopecinas, pero en la segunda el toro, que se vino con tremenda potencia, le pasó muy ceñido y el granadino cambió a chicuelinas para dominar mejor la embestida. El inicio de faena de muleta a ese toro de espectacular pelaje fue rotundo: de rodillas en los medios y prolongando en carrusel la embestida hasta el infinito y más allá. El Fandi giraba sobre las rodillas y el toro de Victoriano del Río se quería comer la muleta por abajo, la cara colocada y una entrega muy emotiva. La cuestión era que, después, El Fandi, lesionado, tenía que levantarse. Poca gente percibió su merma física. Y eso tuvo mucho mérito.