El primer novillo de la tarde no permitió el lucimiento de Juan Carlos Benítez, un utrero que tenía media embestida y ante el cual el malagueño solo pudo poner ganas y bueno hechuras, su rival lo único que sabía hacer era perseguir hasta las tablas. Colocó banderillas con suerte desigual. Concluyó con estocada ladeada.

En el segundo de su lote, tampoco llegó el cambio de signo de la corrida. Un novillo que se quedó corto y que trajo desorden y violencia, sobre todo en la suerte de varas, donde más que suerte estuvo a punto de traer una desgracia cuando el picador saltó por los aires. Destacar la entrega y ganas de triunfo del malagueño. Concluyó con estocada caída y varios descabellos tras aviso.

En el tercio de banderillas se desmonteró Antonio Olivencia por su arrojó.

El francés Salenc tuvo un primer novillo más bondadoso y con nobleza, pero con poco recorrido en el que todo lo tuvo que poner el joven novillero. Lances de recibo muy alegres, cerrados con una media verónica rodilla en tierra.

Con la muleta tuvo varias tandas, sobre todo por la derecha, de cierto mérito. Concluyó con pinchazo hondo y descabello, tras aviso.

El novillo Matutino pudo traer la tragedia a la Caverina, tras llevarse por delante a Salenc cuando intentaba realizar una larga cambiada de recibo. El toro se desentendió del engaño, lanzándolo contra el tendido número dos, provocándole un gran varetazo en el pecho y sacándole el hombro izquierdo, según informó el doctor Robles. Posteriormente, fue trasladado al Hospital de Caravaca. En principio se pensó en una cornada en el pecho, pero afortunadamente no fue así. El novillo lo remató Juan Carlos Benítez, que apenas pudo ligarle un par de muletazos por la violencia que traía.

Para no ser menos, al madrileño Ochoa le tocó otro novillo similar a los anteriores, en la faena donde se volvió a ver más ganas y deseos de triunfo, cuestión que el novillo no permitió en ningún momento. Estuvo bien con el capote y lo intentó por todos los medios con la muleta. Finalizó de estocada un pelín contraria, recibiendo el cariño del público.

El último de la tarde también salió 'tobillero' y el novillero de Madrid, sin poder hacerle nada, optó por entrar a matar directamente.

Destacar que los deseos de los tres novilleros se estrellaron ante una intoreable novillada de Couto de Fornilhos.