Intolerancia, prejuicios, temor hacia el que es distinto a nosotros e Internet como fuente inagotable de absolutas confusiones son algunos de los elementos de Serlo o no: para acabar con la cuestión judía, obra protagonizada por Josep Maria Flotats y Arnau Puig que llega esta noche al Teatro Romea de Murcia. La pieza, del francés Jean-Claude Grumberg con dramaturgia y dirección del propio Flotats, cuenta la historia de dos vecinos que se encuentran a menudo en el rellano de la escalera. «¿Qué puede llegar a ocurrir cuando uno de ellos descubre por Internet que el otro es judío?», se preguntó el autor. De esta manera arranca esta obra que, mediante un diálogo incisivo entre sus dos personajes y a través de un irresistible e inteligentísimo humor, nos lleva a interrogarnos sobre los temas más importantes de la condición humana: el compromiso ético, social y moral con uno mismo, con propios y extraños, con la lengua, la cultura, la historia.

P ¿Los prejuicios sobre los demás son consecuencia del miedo hacia lo que no conocemos o de nuestra propia ignorancia sobre el resto del mundo?

R La ignorancia genera miedo y con el miedo viene ese rechazo a acercarnos a conocer mínimamente al otro, a quien es distinto a nosotros.

P Al nacer no tenemos ese miedo a los que son diferentes. ¿Llega ese temor a través de la educación que vamos recibiendo?

R Recibimos una educación determinada. Y nuestra obligación de homo sapiens es el raciocinio; saber dónde he nacido y preguntarme si lo que me han enseñado está de acuerdo con lo que yo creo o siento. Puedes rechazar las ideas políticas de tus padres, la religión que te han impuesto, la manera de vivir...

P ...Y no hacer uso del sentido crítico.

R Claro. O cerrar los ojos. Pensar que no puedes resolver ni arreglar nada y por eso olvidarse de todo y mirar hacia otro lado.

P Solemos pensar que los problemas sociales son algo externo y que alguien vendrá a solucionarlos.

R Siempre pensamos que vendrá un líder a cambiarnos la vida y a arreglarlo todo. No es así: cada uno de nosotros tiene el deber y la obligación de cambiar las cosas. Eso es lo que en realidad provoca las mutaciones sociales.

P El título de la obra recuerda a la maravillosa película de Lubitsch. ¿Cree que el humor es la mejor herramienta para hacernos conscientes de lo miserables que podemos llegar a ser?

R El humor es la herramienta de la inteligencia. Y cuando esa inteligencia está bien plasmada sobre un escenario es imparable. Pero también en la vida. Decía la famosa secretaria de Louis Jouvet, que fue deportada a Auschwitz y se salvó [Charlotte Delbo], que hay que aprender a andar y a reír. Sobre todo, a reír.

P ¿Cree que Internet es uno de los inventos más intolerantes de las últimas décadas?

R Se considera Internet como la verdad máxima y creo que es la mentira universal. Pensamos que si lo dice Internet es que será verdad cuando la red está plagada de informaciones equivocadas y mentiras voluntarias.

P Sostiene que todos tenemos el derecho a ser diferentes. ¿Cataluña tiene derecho a serlo fuera de España?

R Todo el mundo tiene derecho a opinar. En democracia es impensable que no se pueda opinar. La opinión puede ser acertada o no, pero si niego el derecho a opinar me pongo del lado de la censura. Los matrimonios se entienden o no se entienden, pero no tienen que ser un infierno.

P ¿No cree que España ha sido demasiado tolerante con los banqueros?

R En este caso no sé si es correcto hablar de tolerancia. Podríamos hablar de complicidad o de amistad.

P ¿Cómo se entendería fuera de nuestro país el espectáculo de políticos por los pasillos de los juzgados al que asistimos aquí a diario?

R En ciertos países se entendería como una mala comedia. En los países escandinavos, por ejemplo, hay un mayor rigor sobre lo público. Pero también hay otros países, y esto no lo digo como consuelo, que están peor que nosotros.

P ¿No cree que la obsesión por causar una buena impresión y poseer una buena imagen anula la voluntad de conocer a fondo a las personas? ¿Nos quedamos cada vez más en lo superficial?

R No está nada de moda decir lo que voy a decir, pero me parece que se habla de Obama como el último gran presidente de Estados Unidos por el hecho de ser negro. Como si la política norteamericana hubiera sido un ejemplo bajo su mandato, cuando no lo ha sido en asuntos como la igualdad racial ni las relaciones internacionales de Estados Unidos.

P Es normal que tenga buena imagen, sobre todo en comparación con lo que viene...

R Claro, pero entonces cómo es que después de Obama el pueblo vota a Trump. Algo no habrá hecho Obama para que ahora los norteamericanos voten a Trump. Es responsabilidad de Obama que haya vencido Trump.