Tras su primer disco, Strong enough to refuse (2014), se esperaba con mucho interés el nuevo álbum de Bantastic Fand. Las expectativas se confirmaron con la publicación de su segundo trabajo de estudio, Welcome to desert town, que salió la primavera pasada a través de Unproductive Recordings, y mañana, por fin, lo presentan en Murcia. Rock americano en armonía, sin sujeción a ataduras, con solidez estructural y frondosidad musical, amalgamando las raíces en las que se educaron. Música que no sería imaginable sin el legado de Dylan, The Band, Tom Petty, The Byrds, Neil Young, Creedence o Jayhawks. El secreto es la unión de talentos en fructífera conjunción, encabezados por el támdem Paco del Cerro-Nacho Para, nuestro interlocutor. Deslumbrantes como un relámpago en la noche, Bantastic Fand tienen lo que hay que tener.

Habéis tardado un año desde la salida del disco en actuar en Murcia.

Bueno, hemos tardado un año en actuar en Murcia porque la banda tiene a la mayoría de sus seguidores de Madrid hacia arriba. ¿Por qué? No lo sé, pero así ha ocurrido desde el principio. Espero que podamos revertir la situación. Murcia es una ciudad melómana y esta banda es para melómanos.

'Lo suficientemente fuerte como para resistir' titulasteis el primer disco. El hecho es que, aunque no tenga mucho que ver con la intención del título, habéis resistido para hacer un segundo disco.

Sí, Bantastic de algún modo es un ejercicio de resistencia. El viento no sopla a favor, pero nuestra determinación es la de seguir creciendo. Y no hemos dejado de hacerlo a nuestro ritmo. Hay quien opta por buscar el éxito rápido. Para nosotros el éxito es poder seguir haciendo esto. Y ya hemos sentado las bases de un tercer disco.

El desierto parece que estaba presente en vuestro primer disco, incluso tuvisteis un pequeño impacto en el Magreb, pero ¿cuál es la razón de haber titulado el segundo disco Welcome to desert town ?

El desierto está muy presente en mí, especialmente. Crecí en el desierto de Almería, soñé con los desiertos americanos y recorrí como periodista los africanos. En el próximo disco creo que buscaremos ríos y valles.

«Mis canciones son como un día en el desierto», decía en una entrevista Mark Olson. ¿Cómo podrían describirse las vuestras?

Olson sabe lo que dice. Un día en el desierto es un día con uno mismo, sin interferencias. Un día en el desierto es un día muy valioso. En el desierto no valen posturas ni simulaciones. Oyes como late tu propio corazón.

¿Cuáles eran vuestras intenciones con este disco?

Queríamos acercarnos al sonido en directo de la banda, que para mí es la mejor cara de Bantastic. Strong fue más un ejercicio de precisión de arreglos, más orfebre, grabado por pistas, invirtiendo mucho tiempo por carencias de conocimiento y lagunas técnicas. Welcome es más orgánico, creo que camina mejor. La intervención del ingeniero de sonido madrileño Carlos Ashworh fue esencial. Artísticamente, además, funciona como un bloque más sólido.

«Siempre las habíamos concebido nuestras letras como un instrumento más», decías. ¿Qué papel juegan en este segundo disco?

Pues siguen siendo un instrumento, pero el instrumento que trata de enviar mensajes evocadores; además del emocional... La muerte de César Bayo nos dejó un vacío profesional, pues él siempre me ayudaba atinadamente a terminarlas. Ahora tengo la inmensa suerte de contar con Pablo Vizcaíno, un joven poeta cartagenero que acaba de publicar su primer libro, Desertores. Hemos estado trabajando por mail, él desde París y, luego, Portsmouth. Ahora, ya desde aquí, estamos terminando nuevo material. Son letras de sobrecogimiento ante el mundo, de serena inadaptación. Siempre con lecturas abiertas, nunca con moraleja.

La música de Bantastic Fand tiene un feeling positivo, pero hay un mensaje en algunas canciones que parecen alertar de un mundo que va mal. ¿Hay un verdadero deseo por cambiar las cosas?

Es que yo creo que el desencanto no entra muy bien si te pones intenso? Las canciones son munditos hechos de amor, sueños, juegos, caminos o divagaciones. Ése es el envoltorio, pero casi todas llevan carga de fondo. Hay una segunda lectura, escrita con tinta invisible, pero me consta que a mucha gente le llega. Es un tono agridulce o tragicómico, como lo quieras definir. Yo no me siento en deuda con el mundo por no haber intentado cambiar las cosas. He peleado, lo he intentado y he chocado muchas veces. Y lo sigo intentando

¿Os arrepentís de no haber hecho alguna concesión en el pasado para alcanzar más fama y fortuna?

Nadie nos ha pedido nunca que hagamos concesiones a cambio de fama y fortuna, así que no te puedo decir. Pero es que esto no se trata de fama y fortuna. A lo mejor alguien nos ve desde fuera y dice: «Pobres, no llegan a las masas, se tienen que conformar con sus fieles seguidores». Y puede que yo vea a algunos grupos que no tocan un pimiento y que se les nota mucho que buscan fama y dinero y piense: «Pobres, hoy tienen una masa de fans ocasionales. Mañana no tendrán nada». Me ha pillado mayor. Hacer nuestra música y crecer a nuestro ritmo es una manera de vivir, así que no estoy dispuesto a traicionarme por unas monedas de oro.