Es de agradecer que en el panorama pretendidamente indie de nuestra actualidad aún existan formaciones como Havalina, que destilan esa sensación de haber elegido un camino propio más allá de modas o listas de éxitos. La banda madrileña ejemplifica la evolución constante, la búsqueda curiosa de nuevos elementos y sonoridades que se acumulan a la perfección en los avatares propios a lo largo de sus 16 años de historia, pero sin perder la esencia que les caracteriza y les define como músicos.

Muerdesombra es el noveno disco de estudio de los madrileños, que mantienen formación desde el 2014. Manuel Cabezalí, voz, guitarra, miembro fundador y privilegiada mente creadora de letras y atmósferas, se acompaña de Javier Couceiro a la batería y Jaime Olmedo al bajo para completar una de las más personales y libres manifestaciones de su personal producción.

Desde aquellos tiempos lejanos en los que se hacían llamar Havalina Blu y declamaban en inglés (con la impagable presencia de otro grande, Charlie Bautista, entre sus antiguos miembros), Cabezalí y los suyos han transitado los espectros del rock para acabar siendo inclasificables entre amplios espacios stoner, progresivos o ambient, sin detenerse en ninguno de ellos ni sonando en exclusividad.

En Muerdesombra encontramos todos los existencialismos líricos de Manuel Cabezalí, envueltos esta vez en el ropaje sonoro de los sintetizadores y el predominante bajo, dando como resultado una amalgama casi industrial y milimétricamente calculada que no golpea con la contundencia rocosa de otras ocasiones, pero que crea unas atmósferas de densa y envolvente neblina sonora.

La formación tiene por delante una intensa gira por nuestro territorio, que comenzó a primeros de este mes de abril y que cuenta con la garantía de un directo extremadamente sólido y un público fiel a su trayectoria. Como parte del tour, esta noche Cabezalí y los suyos har´sn parada en Murcia para presentar su Muerdesombra. La Sala REM será testigo del encuentro de Havalina con sus seguidores, uno más, en la atmósfera particular de los madrileños y en ese ambiente auténtico que puede definirse como indie sin ningún tipo de matiz.