Es un chico de barrio. De madre uruguaya y padre burgalés, Miguel Ángel Ortiz (Ciudad del Cabo, 1982) ha pasado parte de su vida viajando junto a su padre, soldador, por motivos laborales. De hecho, nació en Sudáfrica, aunque pasó su adolescencia en su pueblo, Medina de Pomar. Como cualquier chaval de su edad, se interesó antes por el balón que por los libros, pero su llegada a la Universidad de Salamanca -para estudiar Filología Inglesa- le abrió las puertas de un mundo, el de la literatura, del que hoy vive -aunque sea como librero y con las dificultades que prácticamente cualquier escritor padece-. No obstante, no se ha olvidado del barrio, ni de su gente ni de la pelota. Con La inmensa minoría (Literatura Random House, 2014), su segunda novela, ha logrado el beneplácito de la crítica y mañana estará en Cartagena defendiendo su candidatura como finalista del Premio Mandarache.

P Háblenos del libro.

RLa inmensa minoría es mi segunda novela. La primera fue Fuera de juego y ésta es realmente un segundo paso. Fuera de juego estaba ambientada en mi pueblo, en la infancia, y La inmensa minoría, localizada en Barcelona, trata la etapa de la adolescencia. Cuenta la historia de cuatro chavales del barrio de Zona Francia a lo largo de casi dos años: cómo se enfrentan a sus primeros trabajos, sus partidos de fútbol en el equipo del barrio, el Mundial y cómo se enfrentan a la edad adulta.

P ¿Hay algún mensaje escondido? Por lo del compromiso social...

RCreo que la escritura tiene una parte política. Esta obra cuenta la vida de estos chicos de 2010 a 2012, y es una etapa en nuestro país en la que vivimos la parte más cruda de la crisis y el despertar de la sociedad. Creo que si quieres narrar estos años no puedes dejar de lado esa faceta social. Al final, todos conocemos gente que se ha quedado sin trabajo, que ha perdido sus casas, etc.

P ¿Las vidas corrientes pueden tener tanto o más interés para el lector que la ficción fantástica?

RA mí es el tipo de novelas que me gustan. En una fantástica también puedes ver reflejada la sociedad en la que vivimos, pero a mí me gustan más éstas, que hacen de espejo para vidas como la que he tenido yo, vidas alejadas de los focos y que no suelen contarse tanto... Antes sí que hubo un momento en el que la novela social tuvo más tirón, pero con los años de bonanza antes de la crisis eso quedó más aparcado.

P Entonces, pese a que hablamos de ficción, ¿hay algo de realidad?¿Se reconoce en algún personaje?

RTodos o casi todos los escritores que comenzamos nos basamos en la autoficción para luego novelar los hechos de diferentes maneras. Evidentemente, no todo lo que pasa es real, pero hay historias y ciertos personajes muy basados en cosas que me han pasado o personas que he conocido. Y, claro, hay parte de mí en los personajes; y no solo en uno de ellos. Creo que al final todos los personajes que creas tienen algo tuyo, bueno o malo.

P¿Hay algún escritor en el que se fije especialmente? Lo digo porque me parece que no es casualidad que haya hablado bien de usted gente como Kiko Amat...

RAparte de escribir soy librero y he leído muchos libros. Te puedo decir unos cuantos que me han podido influenciar, pero las críticas te suelen comparan con otros escritores y eso, a veces, es muy relativo. Yo creo que el parecido es más bien en la temática o, en este caso, en que hemos utilizado Barcelona como paisaje. Pero yo intento buscar mi propia voz, modularla y trabajarla. Pero bueno, he leído mucho Delibes, Hemingway, etc.

P ¿Qué es el compromiso social de la literatura para usted?

RCreo que acercar al lector la vida normal, reivindicar aquellas vidas que no van a aparecer en ninguna película. Estos chicos suspenden exámenes, juegan al fútbol, salen de fiesta... Me gusta contar historias que parece que no tienen nada pero en las que si te pones a rascar encuentras cosas importantes.

P Si se echa un ojo a lo que cuenta Google sobre usted hay dos puntos clave: la literatura y el fútbol, muy presente en sus trabajos. Pero me parece que no es solo un deporte...

RPara mí el futbol ha sido casi un segundo padre; una herramienta que me ha enseñado a enfrentarme a la vida: un partido que tienes que intentar ganar. Además, siempre lo he jugado, lo he seguido y es un tema que me abrió muchas puertas narrativas cuando empecé. El mismo gol de Iniesta en la final del Mundial: todo el mundo se acuerda de lo que estaba haciendo en ese momento.

P ¿Algo así como una excusa?

RExacto. El fútbol como tema para después hablar de cualquier otra cosa que realmente no tiene nada que ver. En la vida tú eres un jugador dentro de un grupo de once y tu esfuerzo tiene que ir con el de los demás. Eso me gusta.

P ¿Qué opina del periodismo deportivo? ¿Lo que hace Panenka, revista en la que colabora, es periodismo deportivo o es otra cosa?

RCreo que es un periodismo deportivo muy cuidado. Usan el fútbol para hablar de muchas otras cosas y lo utilizan de una manera completamente diferente a como lo hacen los periódicos. Ellos intentan entender el juego, intentan entender la historia a través del fútbol. Se toman su tiempo, reflexionan. Hay algunos periodistas por ahí a los que les sacas la bufanda y no parece que quieran entender de qué va la cosa.

P ¿Cómo surge esto de escribir?

RPues a mí hasta que empecé la carrera de Filología lo de leer no me gustaba nada. Pero cuando entré en la Facultad empecé a tocar más literatura, empecé a leer mucho y, cuando me vine a Barcelona, de tanto leer, probé a escribir. Me apunté a un curso de escritura creativa en el que estuve varios años y empezaron a salir los cuentos de Fuera de juego.

P He visto que el Mandarache ha publicado una playlist del libro...

RSí (risas). Lo que han hecho ha sido coger las canciones que salen en el libro. El narrador, cuando siente algo que no sabe cómo explicar, lo dice con la letra de alguna canción. Extremo, Ska-P... Música de barrio.

P La inmensa minoría se publicó en 2014. ¿Está trabajando en algo?

RVoy haciendo cosas, lo que pasa es que trabajo de librero y ahora tengo turno partido, por lo que voy más justo de tiempo. Mi idea es intentar escribir otra novela en la que se cierra la adolescencia, justo antes de ir a la universidad. No sé si se publicará o no, pero quiero terminarlo.