Pero, ¿quién es el tonto? La caja está ahí, en el centro, mediando entre los tres protagonistas. Y velando por todos ellos, Carlos Santos, un loco que se ha «dejado engañar» por el dramaturgo argentino Martín Giner, por su amigo Pedro Segura y por la productora Bonjourmonamour.

Casi sin tiempo para digerir el Goya a mejor actor revelación por su papel en El hombre de las mil caras, Santos se enfrenta a la dirección de Un tonto en una caja, que este sábado celebrará en el Teatro Romea de Murcia su estreno absoluto en una velada para la que ya apenas quedan entradas. «Toda esa vorágine mediática -la que generó el galardón- la he podido sobrellevar muchísimo mejor precisamente porque estaba trabajando. El teatro te hace mantener el contacto con lo que realmente eres y no perderte en la brillantina y las luces de neón.

Cuando llegan las nueve de la mañana y tienes que estar ensayando todo eso desaparece», dice. Para él, meterse en esto con una compañía modesta, murciana, es una forma de reafirmar su pasión por este oficio -indiscutible, por otro lado- y recordar de dónde viene. «También te digo -añade-, no me subo como actor al escenario, pero maldita la hora en que decidí embarcarme en esto. No recuerdo haber estado tan asustado ante un trabajo en mi vida», confiesa.

Parte de la culpa corresponde a Pedro Segura, excompañero de Santos en la Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia y la principal razón para meterse en este «embolado». Él, a diferencia de Santos, sí estará sobre las tablas y frente a los focos del Romea. Es uno de los protagonistas de esta historia, que plantea una sociedad alternativa en la que el mundo está dividido en notables, grandes y pequeños y en la que los notables están en la cima de la pirámide intelectual y económica. Una diferencia de clase que servirá para hacer rodar el texto de Giner. El equipo, que forman Santos, Segura y Giner, repite tras 75 puñaladas y estará aderezado por los actores Macarena de Rueda y Vicenç Miralles.

La obra se desarrolla en la celebración del cumpleaños del notable, que orquesta una reunión con un grande y un pequeño y en la que les muestra una misteriosa caja con ciertas propiedades mágicas. A partir de ahí se desarrolla un juego en el que los tres personajes intentarán descifrar, cada uno desde su particular punto de vista, los misterios de la caja. ¿Y el espectador? Pues descubrir quién es el tonto. A. GANUZA