El prestigioso bailarín y coreógrafo José Antonio Ruiz reivindicó ayer que se considere la danza como un «servicio público» imprescindible para «transmitir la cultura», y lamentó que los responsables políticos y culturales del país «se preocupen más de la notoriedad y la popularidad que de apoyar el verdadero desarrollo de los artistas».

El Premio Nacional de Danza en 1997 y Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2005, participa esta noche en la clausura de la vigésimo cuarta edición de la Cumbre Flamenca de Murcia, donde recibirá el premio ´Patriarca Flamenco´.

Ruiz, que no se subía a un escenario desde 2015, hará durante la gala una «breve intervención para agradecer este homenaje», acompañado por el bailaor Fernando Romero y el cantaor sevillano Miguel Ortega, por el que ha dicho sentir una gran admiración. «No me he retirado, pero tampoco voy a volver. Creo que llegó un momento en el que necesitaba tomar distancia de los escenarios y además no tengo ninguna deuda pendiente conmigo mismo porque he tenido el privilegio de hacer las mejores coreografías de los mejores maestros y de bailar mis propios montajes», aseguró.

Así, el motivo de su vuelta a los escenarios tiene que ver con el reconocimiento que le brindará la Cumbre y su gente. «Actuaré en Murcia como agradecimiento a la ciudad, al público y a Antonio Parra, director de la cumbre, por hacerme este homenaje», señaló.

El artista madrileño, que fue miembro fundador del Ballet Nacional de España y su figura estrella antes de dirigirlo en dos periodos, de 1986 a 1992 y de 2004 a 2011, reflexionó ayer sobre las carencias de la danza, en general, y del flamenco, en particular, y subrayó que aunque «hay gente con talento y buenos artistas», quedan «pocos referentes» que puedan servir de maestros a las nuevas generaciones de bailarines porque «las grandes figuras han ido desapareciendo». En su opinión, impera ahora un «mimetismo generalizado, una imitación» y se baila de manera «muy uniformada», con artistas «más preocupados de un protagonismo frívolo que de desarrollar una verdadera vocación», por lo que los bailarines jóvenes «no tienen un espejo donde mirarse».

Tampoco considera que haya un verdadero «apoyo, y no solo desde el punto de vista económico» de los poderes políticos hacia la cultura, ya que están más preocupados en su opinión de premiar la «notoriedad y popularidad» que de impulsar el verdadero desarrollo de los artistas, lo que supone una «carencia tremenda».

Uno de los grandes problemas en el ámbito artístico, aseguró, son determinados agentes, «pseudocreadores de artista, que son aves de rapiña y se creen semidioses», y ha apostado por «eliminar a todos aquellos que viven de los artistas». Por el contrario, sugirió a los bailarines que «busquen su dignidad» y no se sientan como meros profesionales del entretenimiento, porque «tanto la danza como la cultura en general son necesarias» y deben ser respetadas, como ocurre en otros países. «Los artistas estamos acomplejados y solo levantamos la voz por cosas nimias», lamentó.

En la clausura de la Cumbre Flamenca de Murcia, tras la entrega del premio a Ruiz y su actuación, el ballet de Carmen y Matilde Ruibo pondrá en escena el espectáculo Póker flamenco, una coreografía del propio artista que se estrenó en 2009, con música original del guitarrista Carlos Piñana, que también actuará en directo junto con los guitarristas Francisco Tornero y Óscar Gallardo, el cantaor Curro Piñana y el percusionista Miguel Orengo, entre otros