Alberto Jiménez (Talavera de la Reina,1984) pone cara y voz a Miss Caffeina, uno de los grupos del momento gracias a la notoriedad alcanzada con Detroit, último disco de la formación.

¿Está de acuerdo con los que opinan que Detroit es el mejor álbum de su discografía?

Internamente nosotros pensamos que sí. Siempre que es el último piensas que es el mejor, y en cuanto a sonido y canciones creo que sin duda es lo mejor que hemos hecho hasta ahora.

Las mejores críticas han coincidido con su versión más pop y electrónica...

Nosotros estamos muy a gusto con esta nueva producción, habiendo sacado nuestro disco más o pop de baile. Traducido al directo nos lo estamos pasando genial. Cuando haces las cosas con honestidad, la gente se cree cualquier cambio en el sonido o cambio de rollo. Es el disco que mejor nos está funcionando, así que imagínate.

¿Estamos ante el Miss Caffeina más auténtico y liberado?

Pues no sé si ante el más auténtico, porque en cada disco que hemos grabado hemos hecho lo que nos ha dado la gana y era todo lo auténtico que podía ser. En éste sí que hemos tenido lo que tú dices, como una liberación, porque hemos dejado un lado los prejuicios de si íbamos a sonar a esto o a lo otro, o si esto iba ser demasiado hortera o demasiado pop. Hemos hecho lo que pedían las canciones, que al final cuando te pones a hacer un disco es lo que manda.

Están a punto de alcanzar los 40 conciertos en apenas siete meses de gira. ¿Se sienten uno de los grupos del momento?

Yo espero que sí. Que nos reclaman tanto y la gente reaccione tan bien no sé si nos hace ser uno de los grupos del momento, pero sí nos sitúa en un sitio, como el de los festivales e incluso el las listas de ventas o sonar en radio masivas, en el que no imaginábamos. Estamos muy contentos y creo que es nuestro momento, sin lugar a dudas.

Dice que no pensaban llegar hasta aquí cuando empezaban?

Quizás sí lo visionábamos porque siempre hemos sido como muy ambiciosos y fantaseábamos con sonar en la radio, llegar a cuanta más gente mejor, tocar en los sitios más grandes, pero conforme se va desarrollando tu carrera aprendes a ser paciente y a no esperar demasiado por la desilusión que puede venir después. Con Detroit empezamos como muy cautos con lo que iba pasar con el disco porque al cambiar de sonido de repente puede ser que a la gente no le guste, pero por suerte ha funcionado.

¿Dónde empieza y acaba la denominada música indie?

Pues si te digo la verdad no tengo ni idea ni la he tenido nunca. Es una cosa que intentamos no analizar mucho porque si no te limita bastante, y te limita creativamente, que es lo peor. Si piensas que esto se sale un poco de lo que se supone que es el indie y por eso no lo haces, malo. El indie es básicamente autoproducirte y autoeditarte, y en nuestro caso pues ya hace muchos años que pertenecemos a una multinacional que nos apoya. Tenemos un equipo detrás que si te ciñes exclusivamente a lo que es estrictamente indie pues nosotros no lo somos. Nos encontramos más cómodos bajo la etiqueta del pop, mucho más permisiva y que engloba más cosas.