¿Cómo estás, Josele?

Bien, ensayando un poquillo.

¿Os hace falta?

¡Hombre, claro, uno se hace mayor y cada vez es más tonto!

Bueno, uno también se lo pasa bien en los ensayos.

Sí claro, lo que pasa es que es un poco cristo coincidir ahora que yo vivo en Barcelona, pero bueno?

Después de vuestra vuelta, que, por cierto, pasó por el Lemon Pop, lo más sensato parecía aprovechar esa energía que teníais en el grupo, y decidiros a sacar un disco como fue Vida inteligente. El título no sé si tiene que ver con la ciencia ficción.

Hombre, teníamos que aprovechar sobre todo la energía del público. Poniéndonos poéticos y todo eso, la energía que nos mandó el público fue brutal. Esperábamos parte, pero no tanta. Además, empezábamos a comportarnos ya como una banda viva, porque en principio la idea era juntarnos para tres o cuatro bolos, pero empezaron a salir más y estábamos a gusto. Y llegó un momento en que lo suyo era sacar un disco. Sacar canciones nuevas.

La verdad es que empezasteis haciendo, al regreso, más festivales que bolos en salas, pero imagino que la tendencia últimamente se ha invertido desde que apareció el disco.

No, es simplemente que es invierno, y no hay festivales.

Bueno, también hay festivales ahora en invierno, y en otoño...

Pero no nos llaman a nosotros por si nos constipamos. Es más o menos la dinámica. Invierno, salas, y verano, festivales, si salen, claro, que esa es otra.

¿Y cómo ha sido recibido Vida inteligente?

Lo que suele percibir uno cuando saca un disco. Al principio, un pequeño despiste del personal que lo escucha; se oían comentarios como «está muy bien, pero no hay ningún clásico». ¡Coño, dale tiempo, hostia, porque un clásico necesita tiempo, si no, no sería un clásico, sería un hit de esos! Entonces, a fuerza de tocar las canciones en directo, está un poco mal que lo diga, pero dan la talla, entran perfectamente. Tampoco vamos a presentar el disco, porque ya tiene unos años. Hacemos el repertorio de siempre, y hay como 4 o 5 canciones de Vida inteligente que se han incrustado ahí en el repertorio, y para nosotros son insustituibles, están ahí cumpliendo su dinámica y su función perfectamente. ¡Así que se han quedao!

Lo habéis sacado en vuestro propio sello, Alkilo Discos. ¿Ha cambiado mucho el mundo de la música desde aquellos años 80 en que aparecíais? ¿Cómo os afecta a vosotros?

Pues como tampoco hemos sido nunca de vender muchísimos discos, ni siquiera muchos, probablemente unos cuantos, no nos afecta demasiado. Nuestro ámbito natural es más el directo, y ahí por suerte hay trabajo, que tal y como está el patio, ya es mucho, y bien. Ahora los discos te los autoeditas, es más fácil eso, una maravilla, no tienes que andar pendiente de que si esto que si lo otro. El presupuesto es mucho menor, claro. Ya te digo, va cambiando, y más que va a cambiar. Todo cambia, es normal que cambie también esto, claro.

Hablando de cambios, da la impresión de que os habéis serenado un poco. No sé si ahora os vais al hotel después del concierto, y ya no lleváis la vida salvaje del músico de rock and roll?

¿Te refieres a ir de copas y todo eso? Bueno, también llevan lo suyo los banqueros, y luego de mayores tienen que cortarse también. A todo el mundo le pasa; a los rockeros pues también nos pasa, hay que cortarse porque hay que hacerle caso al cuerpo, y luego en el escenario? Este es un trabajo muy físico, y hay que estar? No te voy a decir en forma de la hostia, pero medio bien pues sí, y entonces hay que cortarse, claro.

¿Haces ejercicio como Mick Jagger o Miguel Ríos?

Yo le doy 700 vueltas a Mick Jagger y a Miguel Ríos.

Lo sabía; quería que me lo confirmaras.

Haciendo pesas, abdominales y lo que haga falta.

El sonido característico de Los Enemigos se mantiene, ¿no? Aunque quizás haya cambiado algo la dinámica. ¿La habéis adaptado a los nuevos tiempos?

No, no sabría adaptarme tampoco. Tú te pones ahora a grabar un disco, y te dicen «adáptate a los tiempos»? Es algo que nos llevan diciendo desde los años 90. Nosotros tenemos nuestro sonido, que se adapten los tiempos si quieren, no sé. Esto es una constante; nosotros nos juntamos los cuatro y sonamos así. Lo que sí se nota son los 10 años que estuvimos cada uno por ahí haciendo nuestras historias y tocando otros palos, y tocando para otra gente algunos, otros cambiando la dinámica, y en definitiva, aprendiendo, y eso se nota mucho. Se nota en la reentrada que somos mejores músicos. ¡Hay más oficio, vaya!

Ya lo creo.

Lo cual también es lógico. Han pasado 10 años. Lo preocupante sería que siguiéramos sonando igual. Sonamos yo creo que mejor. Las canciones respiran mucho, y yo en mi faceta de cantante lo noto un huevo, porque tengo más sitio, claro. Antes éramos un poco exagerados, éramos muy barrocos. Nosotros y todo el mundo: se tiende a prescindir de los silencios, y se agradece mucho ahora.

Por ahí va la serenidad aquella que te comentaba. En algunas canciones de este nuevo disco parece que te plantearas hacer crítica social. ¿Qué te has planteado con estas nuevas canciones?

No, tampoco es algo que se plantee uno, eso sale. De todas formas, también es un palo que habíamos tocado antes. No sé, uno echa un vistazo y escribe canciones según lo que ve. Y como sucede que vivimos en sociedad, pues hay cosas que acabas haciendo. No sé, para mí tiene que haber una historia. No me vale la crítica social por sí misma. Supongo que te estás refiriendo a Firme aquí, o a Mare Nostrum. Para mí tiene que haber una historia, si no, no me lanzo a hacer la canción. Siempre buscar un objetivo, como si fueras un fotógrafo o un pintor, un tanto original.

La verdad es que siempre habéis sido muy abiertos, no habéis estado ligados a ningún movimiento concreto; si acaso al r'n'r en general, y tampoco seguíais modas. Me gustaría saber cuál es tu punto de vista en Cementerio de elefantes, que parece que es un poco autoparódica.

Es una broma, un chiste de veteranos. Tiene gracia que la hagamos nosotros. Es una caricatura cariñosa del veterano del rock curtido en mil batallas, que todos conocemos unos cuantos, y algunos pues lo somos. De vez en cuando te sorprendes dándole la chapa a un chaval jovencillo que está empezando en esto en plan cebolleta, y da un poco de vergüenza, y piensas «tío, cállate». Salió la coña esta del cementerio, que quedó muy chula. Esa por ejemplo se ha pegado al repertorio y ya no hay dios que la quite.

Por otro lado, esa canción nos reafirma en que el rock no es solo cosa de veinteañeros.

No, es más de cuarentones ahora. Los veinteañeros prefieren los patinetes y las bicicletas. No hay problema con eso, somos un montón. La sociedad es también más mayor, tiene su lógica.

También sois amigos de muchos músicos de aquí de Murcia, por ejemplo Miguel Bañón y Santiago Campillo, que han llegado a incorporarse a Los Enemigos cuando ha habido que cubrir un hueco.

Sí, cuando tenemos una baja solemos recurrir a la huerta, que siempre da muy buenos resultados la huerta murciana.

¿Qué tiene la huerta murciana, Josele, que tanto la cantan?

Hombre, nosotros conocemos a Miguel, que es un sustituto perfecto para Fino en el bajo, y a Santiago Campillo, que es un sustituto perfecto para Manolo, y como el año pasado tuvimos problemas de salud, por suerte superados, tanto Fino como Manolo, pues lo primero que se nos ocurre es llamarlos a ellos. No vamos a llamar a cualquiera.

Ya me imagino, uno se rodea de los mejores.

Y aparte que somos también amigos de muchos años. Ellos lo hacen encantados, nosotros también encantados, y todo queda en familia.

Te vi cantando La tristeza de ser un electrón de los hijos de Rocío Dúrcal, Antonio y Carmen, que por cierto también hizo Parade. ¿Qué te impulsó a hacer una versión a priori tan improbable?

Eso yo creo que canta bastante que es por imperativo legal. Es un reto. Fue una serie de encargos que hicieron a diferentes artistas de sacarles de su zona de confort, un reto que yo acepté gustoso, y, mira, quedó muy bien, la verdad. Está muy bien siempre salir un poco de tu rollo, para oxigenar, para aprender, todo eso. Y por curiosidad también.

Antes hablábamos de fidelidad de vuestro público, y aquí está demostrada: hace ya varias semanas que no queda una entrada para este concierto de los Enemigos. ¿Es así en todas las actuaciones? ¿Estáis pensando en ampliar alguna fecha?

Tanto como tener el 'no hay localidades' con tanta anticipación, pues no, la verdad. Tenemos unos llenos aceptables, pero yo creo que ayuda que vengan los Marañones en Murcia, y que hagamos el concierto juntos. Esto da un plus de atractivo que se ha notado.