Confinados durante varios días a causa de una gran tormenta, Lord Byron, Mary Shelley y John Polidori, entre otros, pasaron una época de sus vidas en Villa Diodati (Suiza), en 1816. Allí se entretuvieron contando y escribiendo historias de terror. Doscientos años después, una anciana restauradora de muebles,viuda de un famoso bibliófilo, junto con la mujer que se encarga de cuidarla, antigua investigadora universitaria, emprenderán un viaje a través de la historia para contestar a esta pregunta: ¿Existió La estancia, la mejor obra de la literatura de terror de todos los tiempos, o tan solo se trata de un mito? En estos dos espacios temporales se mueve La estancia (La Fea Burguesía), la segunda novela de Pedro Brotini, que presenta el próximo jueves en el Museo Ramón Gaya de Murcia.

La obra parte de un pasaje de la historia real, pero el argumento posterior es ficción, ¿es así?

Sí, la reunión en Villa Diodati entre Lord Byron, Mary Shelley y John Polidori, junto a otros autores, es real. Allí Byron propuso que cada uno escribiera una historia de terror. Shelley concibió su Frankenstein y Polidori, que era médico, alumbró El vampiro, que fue el antecedente de Drácula y el personaje que inspiró historias de otros autores como Poe o Tolstoi.

En este caso, más que terror, hay mucho misterio en torno a la investigación que llevan a cabo las protagonistas...

Si tuviera que enmarcarla en un género, sería de intriga emocional. Intriga porque la trama gira en averiguar si realmente La estancia existió y, en ese caso, por qué no ha llegado a nuestros días, o si tan sólo es una leyenda romántica. También hay una gran parte emocional porque he profundizado mucho en los sentimientos de los personajes, en la razón que les lleva a buscar esa supuesta novela. Hay una gran historia de amor por parte de la anciana, mientras que la joven que la cuida, que tenía una prometedora carrera que debe abandonar, se ve abocada a cuidar ancianos. Esta novela habla mucho de las segundas oportunidades, de que el tiempo pasa de una manera rápida, veloz, y hay que aprovechar las oportunidades que se nos presentan.

¿Se ha parado mucho a pensar cuántas novelas u obras de arte nunca llegaremos a conocer perdidas a lo largo de la historia?

Claro, de hecho esta novela surgió porque tengo un antiguo buró en casa y cuando uno de mis hijos movió las persianas unos folios se quedaron escondidos. Conseguí sacarlos, pero pensé que allí dentro podría haber algo más y, a partir de ahí, cuántas cosas y obras de arte no habrán quedado ocultas, sepultadas en muebles o perdidas por el paso del tiempo.

¿Cómo espera que se enfrente el lector a esta novela?

Como supongo que cualquier escritor que pone toda su ilusión en una obra, espero que pase un buen rato y que se emocione con los protagonistas, porque he trabajado mucho sus personalidades; son personajes que han sufrido, que han perdido algo en la vida y que van evolucionando a lo largo de la novela.

Uno de sus personajes dice que soñar es una obligación, ¿lo cree así?

Sí, es más que una obligación. Otro personaje dice: «El mundo necesita gente que crea en unicornios», y así es, el mundo necesita gente que crea en imposibles, a pesar de todas esas personas que nos machacan diciendo que dejemos los sueños de lado, que es mejor vivir en la seguridad del día a día. Hay que arropar los sueños y no quedarte acomodado con lo que ya tienes.

«Una novela que habla del amor a los libros», definen desde La Fea Burguesía. Tiene un blog en el que comparte sus lecturas, ¿hasta qué punto es importante la lectura para usted?

La lectura permanece siempre, es de lo más importante que tenemos en nuestra vida. Para mí aprender a leer es clave, porque ayuda a contemplar de otra manera lo que hay a tu alrededor. También es importante aprender a escribir para sacar lo que llevas dentro.

¿Hay mucho de usted en La estancia?

Hay una parte de mí, de gente que conozco y de lugares que he visitado... Creo que en todas las obras hay algo de quien las crea.

En esta novela recrea cómo se concibieron algunas grandes historias. ¿Cómo es en su caso? ¿Cómo se enfrenta al proceso de escribir?

Soy muy anárquico, muy instintivo. No tengo una hoja de ruta y la novela me va acompañando desde que la empiezo; suelo llevar una libreta encima y voy descubriendo tramas nuevas de la novela a medida que la voy escribiendo.