A mediados de los 80, Kurt Wagner, un taciturno encerador de suelos de Nashville, decidió encender la mecha de la que sería la más dulce anomalía salida de la meca del country. Al principio, con el trío Posterchild, hacía música en su sótano y autoeditaba cintas con títulos del tipo I'm Fucking Your Daughter. Luego empezó a definir su noción de country alternativo con el muy poco cool nombre de Lambchop (chuleta de cordero), proyecto en constante crecimiento que, aunque sea en círculos más bien minoritarios, le sitúa como un clásico contemporáneo.

El grupo de Nashville es una de las referencias ineludibles cuando se habla de música norteamericana. Cercanos al country alternativo, pero con suficiente personalidad para crear una marca determinada, Lambchop han mutado siempre alrededor de su compositor principal Kurt Wagner, virando hacía terrenos más soul con el paso de los años. Lejos queda la triunfante década de los noventa, que los encumbró con álbumes como How I Quit Smoking (1996), Thriller (1997) o What Another Man Spills (1998). En la siguiente década fusionaron géneros liderados por el talento compositivo y la especial voz de Wagner, consiguiendo atraer nuevas hornadas de fans, pero en los últimos años la vida les ha dejado tocados. A finales de 2009, con el suicidio de su referente y amigo Vic Chesnutt al que homenajearon en Mr. M (2012), y en 2013, cuando fallecía su antiguo bajista Marc Trovillion. Dos duros golpes que los mantuvieron alejados de los escenarios. Pero Lambchop volvieron en 2015 con una gira especial, tocando su grandioso álbum Nixon (2000) al completo, coincidiendo con el 15º aniversario de su lanzamiento.

Lambchop llega al Cartagena Jazz con la versión más excéntrica del rock envuelta en aromas del sur de los EE UU. La antaño numerosísima formación queda reducida a un núcleo duro (aquí vienen Tony Crow al piano y Matt Swanson al bajo). Lambchop presentará Flotus, popular sigla política que se utiliza para referirse a la primera dama y que esconde también otro significado: For Love Often Turns Us Still. Un disco inspirado en las nuevas tendencias del hip-hop que abanderan músicos como Kendrick Lamar, Kanye West o Frank Ocean, mezclado con krautrock y electrónica, pero manteniendo intacta su pulsión dramática, con un pie en la raíz y otro en la vanguardia.