El director de cine murciano Juan Manuel Chumilla-Carbajosa y el actor Rafael Álvarez, 'El Brujo', se han embarcado en un proyecto cinematográfico que les llevará a rodar en los próximos meses El embrujo de El Quixote, una película sobre un actor que pierde la cordura al intentar llevar al teatro la gran obra de Cervantes.

Chumilla-Carbajosa y El Brujo ya habían hablado de un futuro proyecto sobre El Quijote hace más de una década. Fue el pasado año sin embargo cuando el cineasta le propuso hacer realidad esta película, que profundizará en un personaje que el actor -el juglar, como le gusta definirse-, ya había llevado al teatro en El ingenioso caballero de la palabra y, ahora, en Los misterios del Quijote. Ambos espectáculos nacieron «de la pasión por el descubrimiento de las facetas nuevas de las obras viejas», como describe El Brujo, quien precisamente representó el martes y ayer este último montaje en el Teatro Romea de Murcia.

Director y actor ya habían trabajado juntos en El infierno prometido (1993) y en Amores que matan (1996), cuando «ambos éramos muy jóvenes», recuerda El Brujo, feliz con «un proyecto muy especial» que «nace de nosotros, que Juan Manuel hace desde mí, para mí y con mi parte teatral», declara.

Según el guión del propio Chumilla-Carbajosa, El embrujo de El Quixote narrará la historia de un actor de nuestra época, Ventura León de Alameda, obsesionado con la idea de adaptar El Quijote para su nuevo espectáculo. Durante sus pesquisas encontrará una copia de un texto supuestamente apócrifo que Cervantes cita en su novela y en el que se documenta la ejecución de cinco juglares, lo que desencadena la obsesión del actor por indagar en los misterios del Quijote, creyendo haber encontrado motivos que desmontan la autoría de la obra. En particular, los orígenes árabes de la novela, a raíz del testimonio del propio Cervantes en el Capítulo IX, cuando atribuye la autoría de El Quijote a Cide Hamete Benengeli, historiador arábigo.

«Jugar con el supuesto origen morisco de la que se supone que es la mayor obra de la literatura en español, con esa parte irónica, da mucho juego a la hora de llevarlo al cine», asegura el director y guionista, alentado también por profundizar en el 'making of'. «No se trata de contar El Quijote, sino de cómo un actor se enfrenta al espectáculo y se vuelve loco, al igual que Alonso Quijano se volvió loco leyendo novelas de caballerías».

«Una biblia laica»

Es el concepto que El Brujo ha recogido en Los misterios del Quijote, donde, como explica Chumilla-Carbajosa, «ha recuperado el humor y la ironía del texto de Cervantes». El actor matiza que además se ha encontrado con «la sabiduría profunda, el misticismo y la espiritualidad laica del autor». «El Quijote es una biblia laica», sentencia El Brujo, que recuerda cómo, a través de la novela, Cervantes expone contradiccciones en el pensamiento, ironiza sobre la iglesia y su dogmatismo fanático, algo impensable en una novela de la época, «pero que pudo publicar porque eran contradicciones formuladas por 'un loco'».

Producida por Kinos Klan (productora de Chumilla-Carbajosa) y por Chester Media, El embrujo de El Quixote contará, entre otros intérpretes, con otro gran actor murciano, Antón Valén, quien intepretará a Yusuf, un taxista, un Sancho Panza del siglo XXI.

Como dice El Brujo en su nuevo espectáculo, «El Quijote es algo que se puede inventar». Unas palabras que serán efímeras, por lo que Chumilla-Carbajosa apela al poder del cine para «embalsamar». «Me gusta pensar que quedará para la posteridad que Rafael Álvarez inmortalizó al Quijote». Y lo hará con una aventura que busca los orígenes más profundos de un mito: «un viaje entre la realidad y la ficción, entre la vida y el sueño» y «con grandes dosis de humor y un cierto vuelo poético».