Dos enormes retratos presiden desde ayer la galería T20 de Murcia. Los dos tienen detrás una historia y con ambos el artista Santiago Ydáñez quiere denunciar el auge de la xenofobia principalmente en el norte de Europa. Esta exposición habla de razas y de ahí que los dos cuadros centrales estén acompañadas de otras piezas de animales, uno de los temas recurrentes de Ydáñez (Jaén, 1969). El artista jienense lleva viviendo a caballo entre Berlín y Granada desde hace trece años. «Desde que me instalé hasta ahora el panroama político de los países de centroeuropa y el norte, sobre todo, ha vivido un auge de la xenofobia; yo he vivido y presenciado cosas muy desagradables», recuerda Ydáñez, quien ya ahondó sobre el tema del racismo en Nieve sucia, una exposición anterior.

En su tercera invididual en T20, el artista presenta un retrato de Johann Wilhelm, ´Rukeli´ Trollmann, boxeador gitano al que la Alemania nazi revocó el título de campeón de los pesos medios por motivos racistas. Una vez desposeído del título fue obligado a pelear. Trollman se presentó con el pelo teñido de rubio y el cuerpo cubierto de talco, parodiando el ideal ario, y no se movió del centro del ring y se dejó noquear. Pese a combatir en Rusia con la Wermacht fue recluido en un campo de concentración y asesinado.

Otro retrato de la hija de Goering, la mano derecha de Hitler, preside otra pared de esta exposición, titulada Talco, yeso, calcita, fluorita, apatito, ortosa, cuarzo, topacio, corindón y diamante, los diez minerales de la escala de Mohs, de su escala de dureza, del más blando y que utilizó Rukeli hasta el más duro y puro de los minerales, en claro simbolismo con la ´pureza´ de la que hablaba el régimen nazi y que parece resurgir de nuevo en algunos países. «En España vivimos una catástrofe política, quizá no hay partidos que muestren abiertamente su xenofobia, pero simplemente porque está ´infiltrado´». «Exposiciones como estas las abordo en clave poética, pero no por ello dejan de ser una denuncia», explica Ydáñez, quien prefiere trabajar el gran formato por la relación entre el cuadro y el propio cuerpo, en constante movimiento mientras realiza cada una de sus obras.

Al igual que en Nieve Sucia, el jienense ha tenido en mente para esta muestra en Murcia el texto El mundo de ayer: memorias de un europeo, de Stefan Zweig, un libro que habla de la seguridad perdida de un mundo remoto, destruido en las guerras del siglo XX.