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¿Por qué escribir novela negra? ¿Qué le hizo decantarse por este género?

De pequeña jugaba a ser detective; veía misterios por todas partes y me encantaba tratar de resolverlos. Es algo que llevas dentro, no se elige. Aunque mis novelas están muy lejos de Hammett y Chandler, la semilla está ahí. El Halcón Maltés fue una de mis películas favoritas de infancia.

Mencione un autor del género que podamos considerar de culto para usted.

Por no repetir hasta saciedad a los anteriores, diría que Douglas Preston y Lincoln Child, escribiendo a cuatro manos.

¿A qué personaje, policía o detective le hubiese gustado crear?

Al agente especial Aloysius Pendergast del FBI.

¿Prefiere la sangre o la psicología en sus novelas?

Ambas pueden complementarse, pero yo antepongo la parte psicológica a la sangre. El miedo es un estado mental y los procesos para generar miedo o tensión también deben serlo.

¿Algún arma preferida a la hora de matar?

Un cuchillo bien afilado es algo que está al alcance de cualquiera y eso lo convierte en un arma muy convincente.

Valore la novela negra española frente a la de otros países.

Cuanta más novela negra española leo, más me gusta. Reconocerse en los personajes es un plus para el lector y eso se consigue mejor con las historias ambientadas en nuestro país. Creo que la novela negra nacional goza de muy buena salud y que no tiene nada que envidiar a las de otros países. La variedad de registros es enorme y eso es bueno.

¿Qué le ha impulsado a asistir a Cartagena Negra, conocía ya estas jornadas?

El escritor Carlos Bassas acababa de contarme su experiencia en la primera edición cuando me llegó la invitación y puesto que él me había hablado muy bien del certamen, me animé enseguida a aceptar. Además, nunca he visitado Cartagena y hace muchos años que no me tiro hacia el sur, así que Cartagena Negra es la excusa perfecta para conocer vuestra tierra.

¿Qué opina del boom de festivales negros que hay en España?

Cualquier iniciativa que sirva para fomentar la lectura y dar a conocer lo que se está haciendo a nivel literario en España me parece fantástica. El boom de festivales negros solamente pone en evidencia el interés que este género suscita entre los lectores y público en general.

¿Hay algún tema que no trataría nunca en sus novelas?

Hay algunos temas demasiado duros que al menos por el momento no tengo ninguna intención de tratar, como el Snuff o la pederastia.

¿Cree que la realidad supera a la ficción como fuente de argumentos negros?

Sin duda. Son muchas las noticias que aparecen en los medios de comunicación a las que no daríamos credibilidad de no saber a ciencia cierta que son reales. La ficción debe ser más moderada que la realidad para ser verosímil.

¿Qué le diría a un lector que no conozca su obra para que se acerque a sus novelas?

Son historias cuyos personajes son personas corrientes que se ven envueltas en situaciones extraordinarias. Gente como cualquiera de nosotros obligada a indagar en torno a asuntos truculentos que le pueden costar la vida. Hay un toque de humor en ambas novelas del que me siento particularmente orgullosa.

¿Cuál es, si se puede confesar, el siguiente crimen que tiene en mente?

El próximo crimen que voy a perpetrar a través de mis personajes va a ser a cuchillo. Algo escandaloso.