¿Qué tiene la novela negra que la hace tan especial?

Tal vez que permite mostrar situaciones extremas de forma natural. Eso nos atrae como lectores. En cierto sentido, es la novela de aventuras del siglo XIX trasladada a nuestras ciudades y a nuestro tiempo. Pero no creo que se deban emitir demasiadas teorías: cuando un género está tan expandido caben todas las teorías y, por tanto, pueden contradecirse unas a otras. Personalmente, me interesa de la novela negra su capacidad de contener la tragedia a la vuelta de cada página.

Usted la ha practicado pero no demasiado, ¿por qué?

Porque nunca me planteo escribir ningún género, pienso una historia y luego sale lo que sale. No me interesan las clasificaciones; quiero decir que no las busco premeditadamente. Mi única novela estrictamente negra es Esta noche moriré, pero también La mujer de las alas grises y Todo el amor y casi toda la muerte tienen nítidos elementos negros. Uno se pone a escribir y sale lo que sale.

¿Cuáles serían sus maestros del género?

Ross MacDonald sobre todo: es mi autor favorito. David Goodis también, una época de James Ellroy, sobre todo Jazz blanco. De los clásicos, Chandler sigue siendo un maestro. Algunos libros de Juan Madrid me gustan mucho? En estos momentos, lo que más me interesa es ver que están saliendo voces nuevas, como Llorente o Barea.

¿Qué le ha impulsado a asistir a Cartagena Negra, conocía ya estas jornadas?

Claro que las conocía, incluso posé con la famosa camiseta del festival. Me gusta asistir por primera vez a festivales nuevos. Se percibe una ilusión que rejuvenece al que se acerca. Además, el festival me pidió que hiciera mi monólogo, cosa que me apetece mucho. Para mí es una forma de expresión nueva, y todo lo nuevo me interesa.

¿Qué opina del boom de festivales negros que hay en España?

Me resulta curiosa la extrema proliferación, sorprende. Creo que sobrevivirán y crecerán los que aporten ideas cargadas de novedad y energía. Estamos en un cambio generacional, también en lo literario. Los festivales que lo entiendan y actúen en consecuencia sobrevivirán; los demás, sospecho, irán languideciendo.

¿Qué es La Corporación?

Es una sociedad criminal secreta dedicada a una forma peculiar de contrabando de Arte. La inventé para Esta noche moriré y con los años descubrí que esa sociedad existe en la realidad. Nadie me cree, pero La Corporación existe.

Usted realizará un monólogo en estas jornadas, ¿gana el género negro cuando trasciende el papel, el libro?

Creo que todo lo novedoso atrae siempre al público. Es la primera ley. Yo he comprobado, gracias a mi gira -ya casi puedo llamarla así con el monólogo que despierta interés. Todos queremos sensaciones nuevas. La idea del escritor que cuenta cómo y por qué escribió una novela pertenece al pasado. Se sigue haciendo, pero sospecho que cada vez atrae menos al público.

¿A qué detective o policía de ficción le hubiera gustado crear?

A Lew Archer [detective protagonista de una saga de novelas que Ross Macdonald, seudónimo de Kenneth Millar, escribió durante casi treinta años]

¿Cómo lector del género prefiere la sangre o la psicología?

La respuesta anterior responde.

¿Cree que la realidad supera a la ficción como fuente de argumentos negros?

Y como fuente de argumentos de cualquier género. A veces ocurren cosas en la realidad que nunca te atreverías a poner en una novela porque como ficción resultaría inverosímil.

¿Qué le diría a un lector debutante en el género?

A un lector nada. El lector es soberano, manda siempre y pone sus propias reglas. A un escritor debutante le sugeriría que dinamite todas las reglas.

¿Cuáles son, si se pueden confesar, sus planes literarios más inmediatos?

Pues de nuevo una novela rara que tendrá muchos elementos de género negro. Será futurista, tendrá elementos 'autobiográficos' y también de ciencia ficción y estará protagonizada por un Fernando Marías de noventa años.