­­­Es divertido e inquieto y un apasionado del mundo de la cocina y del producto del Mar Menor y la gastronomía murciana desde niño. «Si quería ver a mi padre no tenía más remedio que meterme en la cocina; pero yo quería ser Marco Pantani, el ciclismo era mi afición. Luego me di cuenta de que como más disfrutaba era cocinando». Fue participante en el concurso televisivo Top Chef y sus antológicas discusiones con Alberto Chicote le han hecho popular en toda España.

¿Qué le pasaba a Chicote contigo? Menudas broncas te echaba...

Somos muy amigos y le aprecio mucho. Lo que le pasaba era que no entendía mi acento murciano (risas), ahora ya sí que lo entiende. Es que la tele me ponía muy nervioso. No llegué a sentirme cómodo, pero fue una gran experiencia. Hice muchas amistades en el programa y estoy muy orgulloso de mi paso por Top Chef y agradecido, porque a partir de ahí se me conoce mucho más. Gracias a este tipo de programas la gastronomía es hoy lo que es.

¿Dónde comenzaste a cocinar?

Cuando mi padre se trasladó a Los Alcázares como jefe de cocina de Los Ramones comencé a trabajar de extra en los arroces y celebraciones. Ahí decidí viajar y seguir aprendiendo. Para viajar sin dinero, métete a cocinero. Y me fui a los 17 años a Jaén con Dani García al restaurante Tragabuches. Después estuve dos años en El Poblet con Quique Dacosta; ahí cambié mi filosofía a la hora de cocinar. Después estuve con Michel Bras en Laguiole y más tarde estuve de jefe de cocina en el restaurante de Rodrigo de la Calle, donde me enamoré de la gastrobotánica.

¿Qué es la gastrobotánica?

Un cocinero ha de usar el mejor producto y no estropearlo y para eso hay que conocerlo, hablar con el pescatero, con el hortelano o con el productor de quesos. La gastrobotánica es rescatar las variedades de semillas autóctonas y darle protagonismo al producto vegetal de temporada, eso unido a la cultura de cocina murciana y a los productos del Mar Menor, con los toques de los países a los que he viajado, es mi estilo de cocina.

¿Llegará el día en que los turistas vengan a Murcia por su gastronomía?

Eso ya está pasando, pero el nivel de la cocina murciana podría estar mucho más alto de lo que estamos. La envidia es la principal enfermedad de esta Región. Tenemos un nivel bastante bajo teniendo en cuenta lo bien que se come en Murcia. Deberíamos creérnoslo más nosotros mismos y fijarnos menos en lo de fuera. Hay sitios y gente muy buena aquí. La unión hace la fuerza.

¿Qué piensas de la situación del Mar Menor?

Es una pena que hayamos esperado hasta el límite. Yo recuerdo cuando había conchas en la arena y jibias y caballitos de mar. Esperemos que entre todos lo solucionemos.

¿Qué proyectos tienes a corto plazo?

Este verano estaré haciendo eventos por la costa y mi sueño es abrir mi propio restaurante en Murcia antes de la próxima Navidad.

De puño y letra: "Nacido para cocinar!! Respeto al riesgo. Amor por el oficio y veneración por la calidad"

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Grafoanálisis de Pablo Alzuagaray

Julio, al expresarse y al comunicar sus ideas y opiniones a los demás, procura ser lo más convincente y claro posible, haciendo hincapié y enfatizando aquellos puntos que considera especialmente importantes para él, aunque no necesariamente lo sean para los otros, quienes pueden considerarle demasiado puntilloso. Sin embargo, en su tarea, tal celo es una virtud más que un defecto. Por otra parte, se podría decir que si bien es un individuo con una buena dosis de idealismo, pone especial énfasis al ‘anclarse’ a los aspectos más concretos y materiales de la vida para no perderse en las nubes de la imaginación... http://www.consultoresgrafologos.com