¿Por dónde empezamos? Iremos Pokito a poko

En esta etapa de mi vida aprendí un montón y disfruté de muchas emociones.

Y empezó a ver la vida Con otro aire.

(Ríe) Esta fue una etapa más liberadora. Estaba yo muy repeiná y me despeiné un poco.

¿Y ahora cómo está?

Despeinada total. A tope.

¿Se prepara para El fin del mundo

Espero que el fin del mundo no se aproxime todavía, pero esta sí fue una experiencia inolvidable que me gustaría repetir. No todo el mundo hace un concierto en el glaciar Perito Moreno (Argentina). Visitar todas aquellas tierras fue maravilloso.

Allí o aquí se impone Chambao...

Bueno, Chambao tiene su parcelita en mi vida pero intento que no se la coma entera. Me gusta hacer deporte, llevar una vida sana y estar en el huerto. Cosas que me llenan y me hacen sentir muy bien.

Parece que abre un Nuevo ciclo

(Ríe) No he empezado ahora pero como el disco se llama así... Ahora tengo una libertad diferente para hacer música. Me apetecía hacer música al uso. En este disco no meto programaciones en las canciones y todo lo que suena lo logran músicos físicos. He evolucionado porque así se han dado las cosas. Me apetecía dar un nuevo aire a mi música.

¿Por qué lleva tan mal la crisis de los 40?

Habrá que preguntárselo a Sony porque es lo que ellos interpretaron del single Camino libre cuando, en realidad, es una especie de protesta ciudadana, de ir todos adelante y de que cada cual haga lo que quiera con su vida. Pero la verdad es que me encanta cumplir años y no me encasillo.

En una de sus letras canta: «Cansada de seguir a la sociedad»

La sociedad impone que seamos borregos, que vayamos, comamos y vistamos casi igual y además uno detrás del otro. Se quiere que abramos un pimiento y no nos importe si tiene semillas o no.

¿Es el momento de arrinconar prejuicios?

Lo intento. Trato de tener la vida que me da la gana. Pero no siempre lo consigo.

A grandes rasgos, ¿qué es lo que ofrece usted en el nuevo álbum?

Es como una puesta en pie de mi presente. Tiene mucho que ver conmigo, con el dar amor a tope y con el buscar la libertad y el tirar adelante. No tenemos más que una vida y hay que pararse de vez en cuando y saber dónde estamos y qué queremos hacer con ella.

En los malos momentos, la música puede ser una buena vía de escape. ¿En qué o quién se refugia usted en épocas de crisis?

Primero rumio por dentro y luego me refugio en mi familia, no suelo echar mano de lo externo. Cuando hay crisis, como dice mi madre: «No te quejes más y haz algo».