El cantante Myles Sanko emerge en la escena europea en un momento propicio para las músicas negras. Aunque natural de Ghana, de madre africana y padre francés, Myles Sanko, embajador del nuevo soul europeo, infunde pasión en cada canción que interpreta con su voz suave y enérgica a la vez.

Conocido como «the lovechild of soul music», empezó su carrera cantando y rapeando con djs en discotecas de Cambridge, su ciudad natal. Formó parte de grupos funk como Bijoumiyo y Speedometer, que salieron de gira con Martha High, ´soul sister´ de James Brown. «Lo que quiero», dice Myles, «es hacer música con buenas vibraciones y letras que hagan pensar a los espectadores».

En su primer disco, Born in Black & White (2013), Sanko combinó el soul y el rock interpretados con músicos de jazz. Para seleccionar las canciones, subió en 2011 a YouTube una serie de temas en acústico y pidió a sus seguidores que le ayudaran a elegir las piezas que grabaría en estudio.

Presentó el disco en una gira por Europa y Japón, y fue saludado por la crítica como la nueva estrella de soul británico. En 2014 publicó el segundo disco, Forever Dreaming, con el apoyo de sus seguidores. La grabación se financió con un crowdfunding.

La voz de Myles Sanko, sus letras y su estilo moderno y fresco le han valido muchos elogios y un buen número de seguidores: «Quiero que mi música sea un espacio para sentirse vivo. Mi verdadera motivación es la reacción del público cuando canto», ha señalado.

Sus raíces musicales se nutren de la herencia dejada por grandes leyendas del soul, como Bill Withers, Otis Redding, Al Green y James Brown. La aportación al soul de este artista anglo-franco-ghanés, que ha sabido captar y adaptar a la perfección la esencia y las raíces para crear un estilo genuino, está propagándose por todo el mundo contagiando a nuevos feligreses con su talento.

Si el disco es una obra de arte, el escenario es el marco incomparable donde la banda se explaya a placer, en perfecta comunión con la tesitura vocal de Sanko. Una estampida de emociones y pura diversión es la grata sorpresa que aguarda al público que asiste a sus espectáculos. Porque no hay nada que le guste más que cantar para, por y con la gente.

La tradición manouche

Ludovic Beier es uno de los mejores acordeonistas franceses, como ya demostró en su primer concierto en España en 2011, en la XIV edición de Jazz San Javier. Acompañado entonces por su New Montmatre Quartet, nos mostró una de sus facetas, pero no la única.

En esta ocasión, junto a su trío de swing manouche invita a un viaje musical con un repertorio de colores gitanos, swing, bop, recuerdos de Django Reinhardt y adaptaciones llenas de alegría y virtuosismo de canciones inolvidables del pop y del rock. Para esta ocasión, además de su trio habitual, tiene un invitado de lujo: el brillante violinista de origen rumano Costel Nitescu, que dejó un grato recuerdo a los aficionados de Jazz San Javier en su concierto de la XII edición del Festival.

El trío de Ludovic Beier representa una de las expresiones más finas y avanzadas de la potente tradición manouche, en línea directa con el legado del gran Django. Desde Gus Viseur y Jo Privat, bajo los prestigiosos auspicios de Ferré y Reinhardt, acordeón y guitarra manouche han sido excelentes socios.

No sorprende que, estimulado por una impecable rítmica, el encuentro de Ludovic Beier y Costel Nitescu tenga sabor a una caliente sesión manouche. Virtuosismo, fluidez del acordeón, precisión, color y la personalidad inmediatamente reconocible de la guitarra: la asociación de estos aspectos produce maravillas.

Costel Nitescu es un virtuoso de formación clásica considerado uno de los mejores violinistas gitanos en activo, y discípulo declarado del formidable violinista Stéphane Grappelli, quien fue compañero a partir de 1934 del talentoso y original Django Reinhardt en el quinteto del Hot Club de France.

Nitescu, dotado del sentido del swing y la improvisación, ha heredado de ambos maestros la influencia del jazz lírico. Comprobamos su virtuosismo cuando actuó en Jazz San Javier como invitado del mallorquín Biel Ballester.