Recientemente tocábais en The Rock Festival, reivindicando los himnos del pop español. ¿Faltaba un festival de veteranos cuyas canciones cambiaron la vida de una generación?

En realidad hace unos años que se vienen celebrando este tipo de festivales, pero nunca uno de tanta envergadura, con tantos grupos y en un emplazamiento emblemático. Comentaba el otro día con Johnny Burning que ahí habíamos visto a los Stones hace más de veinte años.

No sonáis casi en los medios, y sin embargo la gente acude a veros. ¿Cuál es vuestra explicación?

Nadie suena mucho en los medios a día de hoy, pero al haber cumplido 30 años de carrera y sacar un nuevo disco, estamos sonando un poco más. En cualquier caso, yo creo que es la fuerza que desprendemos en directo y las canciones, que son ya clásicos, y que la gente no para de bailar. Para nosotros es emocionante ver cómo la gente canta las canciones con nosotros.

¿Cómo y por qué surge la idea de celebrar el 30 aniversario de la banda con un disco en directo y DVD y una gira?

Era una manera de celebrar todos estos años en la carretera, grabando un concierto con todos nuestros seguidores (en plan fiestón) y en el Sol, que fue una de las salas que nos vio nacer. Ahora mismo estamos de gira presentando ese trabajo y grabando otro disco de canciones nuevas que saldrá en noviembre.

¿Cómo va la gira?

Seguimos con ella hasta el lanzamiento del nuevo disco. Para mucha gente es la posibilidad de oír juntas un montón de canciones de toda nuestra discografía. Los conciertos son una fiesta de principio a fin.

Hace 30 años el rock español (y el internacional) era más seguido por el público. Ahora la mayoría de la gente se inclina por música más comercial. ¿Quién rompió el hechizo? ¿Antes todo estaba permitido?

La música estaba avanzando por muchos derroteros cuando nosotros empezábamos; las propuestas tenían que ser originales. Creo que mezclar las corrientes más rockeras de la época con la música de las películas del oeste nos ayudó a entrar en el circuito. En cualquier caso, los adolescentes de hoy en día vuelven a escuchar rock; lo veo en los locales de ensayo, están en un punto en que la música indie es de sus hermanos mayores, y ellos buscan una identidad diferente.

¿Por qué el nombre de La Frontera? ¿Lo recuerdas? ¿Quién o qué os aconsejó cambiar el nombre de Las Muñecas de Repollo? Por cierto, ¿algo que ver con New York Dolls?

Afortunadamente, Jesús Ordovás, cuando se formó la banda nos dijo: «por qué no os llamáis 'la frontera', como la canción esa que tenéis...» Nos gustaban los New York Dolls, y era una especie de broma. Afortunadamente quedó en una anécdota, jajaja.

De la formación original de La Frontera solamente quedáis el bajista Toni Marmota y tú. ¿Cómo se llevan tantos años compartidos en la música?

Son un montón de años en la carretera, y ahora mismo lo estamos celebrando. Como en todo, ha habido altibajos, pero ahí estamos, fuertes y con la energía que nos caracteriza.

¿Qué hace falta para mantenerse durante tantos años en el panorama musical español?

Mucho ibuprofeno. Las resacas son agotadoras... Y grandes dosis de buen humor.

¿El éxito de Rosa de los Vientos fue un arma de doble filo?

Sí. Por una parte dejamos de ser una banda de culto, cool, a ser un grupo superventas que sonaba en los 40 Principales, con lo bueno y lo malo que eso conlleva.

¿Lleváis vosotros las riendas de vuestra carrera?

A estas alturas, o te ocupas de tus cosas o no aguantas mucho. En cualquier caso, estamos rodeados de gente que cree en la banda y lo está dando todo.

¿De qué trata vuestro último disco de estudio, Rivas Creek?

Fue un gran trabajo para lo poco que se escuchó en su momento. Se escucha mucho más ahora, por increíble que parezca.

¿Hasta qué punto es difícil sacar ahora un disco en España?

Buena pregunta. Si para un grupo como La Frontera es difícil, imagínate para los que empiezan. La única manera es la autoproducción. En cualquier caso, somos músicos, tendremos que hacer música, independientemente de ese tipo de cuestiones.

En el Madrid de la Nueva Ola, donde comenzasteis, vuestro estilo era poco corriente. ¿Os sentíais bichos raros?

Sí, éramos diferentes, pero sentamos cátedra. Enseguida surgieron grupos influidos por nosotros.

¿España es como un western?

Sí, es un poco la ley del mas fuerte (...o del más listillo), pero en los ochenta también era así. Afortunadamente el mundo avanza, y la gente hoy en día lucha para que las cosas cambien a mejor.