Autor de la música de "Licencia para matar", "Arma letal", "La jungla de cristal", "Los tres mosqueteros" o "Don Juan de Marco", el neoyorquino Michael Kamen trabajaba durante dieciocho horas al día y llegó a soñar sus composiciones mientras dormía, como ha desvelado su viuda, Sandra.

"Cuando estaba dormido, tenía una idea fantástica, empezaba a seguir el ritmo con el pie y me despertaba", ha recordado Sandra Kamen, que compartió 33 años de su vida con el compositor, fallecido en 2003.

Michael Kamen ha sido el protagonista de la jornada inaugural del primer festival de música de cine Movie Score Málaga (Mosma), organizado por el Festival de Cine Español.

A los 4 años empezó a tocar el piano y estuvo haciendo música durante más de cincuenta, según su esposa, que ha participado en una mesa redonda de homenaje que se completará esta tarde con un concierto en el que la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM) interpretará algunos de sus temas más destacados.

Entre sus composiciones preferidas, Kamen tenía la banda sonora de "Robin Hood: Príncipe de los ladrones" o la de la serie televisiva "Hermanos de sangre", que "le tocaba muy de cerca al tener un tío fallecido en la Segunda Guerra Mundial que era hermano gemelo de su padre".""Cuando estaba dormido, tenía una idea fantástica, empezaba a seguir el ritmo con el pie y me despertaba", desvela su viuda"

Cuando recibía un encargo, primero "buscaba un tema que definiera la película" y después empezaba a escribir todas las notas en papel, hasta que descubrió el programa Sibelius, con el que se iba escribiendo la partitura en el ordenador mientras él tocaba, ha relatado Sandra.

De los directores con los que trabajó, tuvo una gran relación con Richard Donner, tras participar en cinco de sus películas, y no le fue tan bien con Ridley Scott, para quien escribió "una banda sonora muy emocional, pero Scott odiaba la emoción y tuvieron muchas peleas y puntos de vista contrapuestos".

A otro director, cuyo nombre no desvela Sandra Kamen, el compositor le advirtió de que su película no funcionaría por muy buena que fuera la música, igual "que un pavo nunca podría volar".

Por su parte, Dirk Wickenden, experto en la música de Kamen, ha calificado sus composiciones como una arquitectura en la que sus elementos "encajan como en un puzzle".

Ha citado el caso de "Robin Hood: Príncipe de los ladrones", que tiene "una música de acción en la superficie, pero por debajo muy compleja, para que el público llegara al fondo de la escena".

Para Wickenden, otra de sus mejores bandas sonoras es la de la cinta de animación "El gigante de hierro", de Brad Bird, con una "música muy sincronizada con la película, que realza lo que tiene que realzar".

"Tuvo una gran relación con Brad Bird, y es interesante pensar qué habría hecho con la música de 'Los Increíbles' o 'Ratatouille'", que Bird dirigió tras el fallecimiento de Kamen, ha apuntado Wickenden.

A su juicio, Kamen "se sentía cómodo con todos los idiomas musicales", y seguía en todas sus composiciones una máxima que expresó en alguna ocasión: "La música de cine tiene que llegarte al corazón".