Periodista e historiador, así se considera José María Zavala, un madrileño residente en Murcia empeñado en arrojar luz «sobre zonas poco iluminadas de nuestra historia», como es el caso, en su opinión, de nueve muertes violentas ocurridas durante la Guerra Civily en los dos bandos en contienda. Nueve expedientes «secretos» sobre los que Zavala ha investigado con pasión y sobre los que escribe «desapasionadamente», «ni desde un lado ni desde el otro», desde la necesaria «equidistancia» que, a su juicio, el historiador debe adoptar cuando estudia acontecimientos como la Guerra Civil Española.

El resultado de ese trabajo, que le ha exigido bucear en numerosos archivos públicos y personales y hablar con personas que por diferentes circunstancias conocieron en primera persona los hechos, a las víctimas y a sus verdugos, es un libro, Los expedientes secretos de la Guerra Civil, editado por Espasa y recién llegado a las librerías. Reconoce que sí, que la Guerra Civil Española es el episodio de nuestra historia más estudiado, sobre el que existe una mayor bibliografía, pese a lo cual está convencido de que «ni mucho menos está todo contado». «Uno -continúa- no tiene nada más que irse a un archivo, al Histórico Nacional, por ejemplo, no digamos ya a los archivos militares, y comprobar que aquello es de una riqueza documental extraordinaria e inagotable. E inexplorada todavía mucha de ella».

El libro de Zavala, durante muchos años periodista en El Mundo y en otros medios, además de autor de libros de divulgación histórica como Las últimas horas de José Antonio, La maldición de los Borbones o La pasión de Pilar Primo de Rivera, entre otros, arroja luz, por ejemplo, sobre el asesinato del líder monárquico José Calvo Sotelo, uno de los hechos decisivos para el levantamiento en armas contra la República liderado por el general Franco. Zavala publica por vez primera la declaración judicial del hermano del asesino de Calvo Sotelo, Luis Cuenca Esteyas, y otros detalles desconocidos sobre tan sangriento asesinato.

El autor, que aporta un anexo documental con 191 documentos sobre sus investigaciones, pone en duda la teoría de la «bala fascista» que acabó con la vida del líder anarquista José Buenaventura Durruti, en el frente abierto en la madrileña Ciudad Universitaria. «Solo alguien muy cercano a Durruti pudo apretar el gatillo», sostiene Zavala. El libro también reproduce el encuentro que el autor tuvo en su momento con el poeta Luis Rosales a propósito del asesinato del que fuera su amigo y paisano el también poeta Federico García Lorca, detenido en la casa familiar de los Rosales. «El temor a las palabras de un poeta nunca fue tan injusto», dice Zavala.

«Hay muchas piezas sueltas de nuestro puzzle histórico, de nuestra historia más reciente, que se pueden seguir encontrando». A él no le falta entusiasmo. Luego, a la hora de sentarse ante el papel, intenta lograr el equilibrio «entre la rigurosidad y la amenidad. La historia se puede, y se debe, contar de forma amena sin perder rigurosidad», sostiene.