Dedicó siete años de su vida a recorrer España con el musical Mamma Mía! y, cinco años después, la cantante Nina vuelve a subirse a los escenarios como Donna para dar de nuevo vida a la protagonista de un musical que en España ya han disfrutado más de dos millones de personas. Lo hace feliz, ya que para ella este personaje es una parte esencial de su carrera.

Después de tantos años representando el personaje de Donna, ¿cómo vive esta vuelta a los escenarios?

Es fácil mantener la ilusión con este personaje porque cada día ves la platea a tope y hacer el oficio así es muy satisfactorio. Estar en una superproducción internacional puede suceder una vez en la vida, como mucho, así que tengo suerte de estar aquí.

¿La gente que acude al musical es forofa de ABBA, del musical, de la película o de todas?

Se nota mucho la gente que ya ha visto el musical o la película porque se ríen incluso antes de que ocurran los gags. Los públicos son distintos, los hay muy abiertos y agradecidos, como el de Sevilla y el de Bilbao, otros son más introvertidos, como el catalán, pero lo excepcional de este musical es que todos lo disfrutan mucho porque coinciden en que es un chute de felicidad y buen rollo. Salen del teatro olvidando las preocupaciones e incluso dicen que se quitan años de encima. Todo eso es posible no solo por las canciones, sino también por un libreto fantástico, el diseño de luces y el vestuario... Nada está puesto al azar.

¿Qué tienen las canciones de ABBA para seguir enganchando al público hoy en día?

Es realmente curioso porque nos encontramos que gusta mucho a adolescentes. Estas canciones tienen la virtud de traspasar a distintas generaciones desde los años 70. Los más jóvenes quizás han visto la película, pero sobre todo les entusiasma el espectáculo porque tiene mucha luz y se quedan fascinados.

Con esta larga gira habrá tenido que dejar un tiempo aparcada su faceta de docente.

Bueno, he tenido ocho meses para hacer la transición y dejar la escuela de rehabilitación de la voz y pilates que dirijo en manos de los ocho profesores, aunque sigo muy pendiente desde la distancia. Esta faceta me entusiasma porque tengo 34 años de oficio y he tenido el privilegio de usar la voz en campos de batalla muy diversos, por lo que ahora puedo ayudar a los pacientes con conocimiento y poner mi experiencia a su servicio.

También ha publicado un libro, Con voz propia, contando su larga experiencia. ¿Cómo surgió esta idea?

Pues primero iba a autoeditármelo, pero lo vieron desde una editorial andaluza, ExLibric, se enamoraron del libro y decidieron publicarlo. Ahora acaba de salir en castellano y aprovecho las ciudades donde vamos de gira para presentarlo. Creo que es un libro que puede ser de gran utilidad para los amantes de la música, el teatro y, sobre todo, de la voz.

¿Qué huella dejaron en su trayectoria el paso por programas como Operación Triunfo, Eurovisión y Un, dos, tres?

Con el paso de los años valoro que la televisión me dio la oportunidad de darme a conocer mucho más de lo que se puede conseguir con el teatro y gracias a esa popularidad te mantienes en la memoria de las personas. Siento esa especie de patrimonio como un tesoro y eso ayuda a que el público te vaya siguiendo. En el terreno artístico, la televisión te curte mucho y me siento afortunada de haber participado en estos programas que se convirtieron en todo un fenómeno social.