¿El amor debe tener algo de brujería?

El amor es brujería, hechizo, fuego, deslumbre de sensaciones. Y eso es la obra, que es una de las más importantes que jamás se han hecho en España.

¿ Lo concibe como un homenaje a Manuel de Falla?

Es más que un homenaje. Es saborear sus enseñanzas.

¿Cómo ha conseguido sentir tanto al compositor?

Visito muchas veces su casa y él vivía como creaba. Recuerdo con cariño desayunar o tomarme un té en su jardín y ver los mismos paisajes que él veía. Todo eso me ha hecho empaparme de su esencia, aunque siempre la he sentido. Además, mi padre continuamente hablaba de él.

¿Se siente heredera del arte de su padre?

Siento orgullo y respeto por mi familia, que me permitió conocer a gente maravillosa del mundo del cine, del cante, del teatro o de la literatura. Esa es mi mejor herencia.

¿Cómo considera que está el panorama flamenco actual?

No puedo ser egoísta en esta respuesta. Además, el flamenco se salva por sí mismo como ha hecho siempre. Yo lucho por el flamenco, que es mi alegría y mi sacrificio, pero hay otros panoramas de la realidad que están mucho peor. Mi padre siempre supo la realidad en la que vivía.

Quizás saber en qué realidad vive fue uno de los motivos que le llevó a usted a cantarle a Rajoy: «Estamos hartos».

No quise protagonismo, sólo dije lo que sentía. Mis conciertos ya tienen la fecha puesta.

¿Y qué fue lo que le impulsó para improvisar así?

Pues que estoy viva y vivo en España, pero no quise ni quiero abanderar nada.

No lo abandera, pero sí fue el altavoz de muchos ciudadanos.

Mi trabajo es el flamenco, no la política. Me salió de lo más profundo de mi corazón. Yo no respaldo a nadie, pero mi casa se ha inclinado siempre hacia el bando obrero y los derechos humanos. Lo que hice fue pedir que hablaran y punto. Parece que estemos en el siglo XVI, cuando las decisiones se tomaban con la espada: ahora el arma es la palabra.

¿Se arrepiente de haberlo hecho?

No me arrepiento, fue un impulso inevitable. Aproveché que estaban todos juntos y unidos por el arte para protestar simplemente porque podía.