­­Una potente escenografía que aunará lo visual y lo sonoro, una gran dosis de improvisación y multitud de sorpresas es lo que ha prometido Amaral de cara a la gira que iniciarán el próximo sábado en el Estrella de Levante SOS 4.8 -su concierto comenzará a las 21.45 horas-. Camino de cumplir 20 años sobre los escenarios, Eva Amaral y Juan Aguirre avanzaron en Zaragoza que sus seguidores podrán disfrutar con las canciones de su último disco, Nocturnal, que acompañarán con nuevas versiones de las canciones antiguas que catapultaron a la banda a la fama.

Nocturnal, su séptimo álbum de estudio incluye la canción más lenta que han tocado nunca, En el tiempo equivocado, y otras como Lo que nos mantiene unidos, 500 vidas, Cazador, Nadie nos recordará, La niebla, Laberintos, Chatarra o La ciudad maldita, un conjunto de canciones que «contextualizan unas historias que le suceden a los seres humanos», como dijeron durante su presentación.

Según anuncian, están cuidando mucho la escenografía para que la parte visual y sonora vayan muy unidas, ¿cómo será el concierto del SOS 4.8?

Lo habíamos hecho en otras ocasiones, pero no de forma tan especial como esta. Nocturnal lo pedía y a Eva, además de escribir y cantar, le gusta la parte audiovisual. Cuando la conocí ella estudiaba Bellas Artes. Va a ser un concierto largo, muy eléctrico e intenso. Para nosotros lo más importante es el sonido. Cuando nos propusieron el SOS 4.8 lo valoramos porque varios compañeros nos dijeron que el sonido es bueno.

¿Se siguen pasando nervios al iniciar una gira, al volver al escenario?

Los nervios son incluso positivos, son algo energético y casi necesario, porque liberas adrenalina. Cuando Eva y yo nos conocimos éramos adolescentes y hemos crecido, pero mantenemos el mismo espíritu. Tenemos más control y sabemos lo que queremos, pero mantenemos nuestra filosofía.

Hábleme de Nocturnal, han incorporado nuevos sonidos, nuevas tesituras...

Ninguno de nuestros discos es igual al anterior. Siempre hemos mirado al futuro y, cuando pasamos por un lugar, no solemos regresar. La música y la rutina no se llevan bien, y nosotros somos como tiburones que siempre se están moviendo.

¿Es cierto que surgió en las noches de imsomnio durante su gira anterior?

Sí que la grabación y los textos se hicieron muy de cara a la noche, pero fue algo casual. No somos de dormir de día y trabajar de noche, pero sí que surgió en días en los que teníamos el sueño cambiado por el jet lag y, en la calma de la noche, fueron saliendo los arreglos. En Nocturnal la noche aparece como protagonista porque es el momento en el que los seres humanos se encuentran de verdad, más allá de la vorágine del día.

¿Es el amor, como han dicho, el tema central de las diferentes canciones?

El tema se acerca más a la búsqueda del equilibrio, se centra en los encuentros entre personas a nivel individual, pero nuestras canciones hablan de nuestro momento, del aquí y ahora; nos gusta que sean historias reales con sentimientos verdaderos. A partir de ahí, cualquier cosa es susceptible de aparecer en una canción. Las de Nocturnal son como cortos con un escenario que no deja de ser el mundo que nos ha tocado vivir, donde hay historias que nos pueden suceder a cualquiera de nosotros.

Pero cada uno interpreta las canciones de Amaral a ´su manera´, ¿eso es bueno?

Es inevitable, una vez que la música sale de nosotros es interpretable y hay interpretaciones para todos los gustos; es verdad que a veces no tienen nada que ver con el origen, pero eso no significa que no sean algo real para el que las está escuchando.

Hablaba de que escriben en el aquí y ahora, ¿en qué mundo nos ha tocado vivir?

Nos ha tocado vivir en un mundo que cambia a velocidad de vértigo y en el que se está produciendo una gran revolución con la forma de comunicarnos.

Por la letra y por la energía, ¿Nocturnal no incita además a no ser tan pasivos?

No sé si incita a que la gente se mueva, pero sí a que cada uno piense por sí mismo. A veces, cuanto más personal es la historia que componemos, más universal se vuelve, porque es cuando hablas de lo que sientes y el público puede hacer suyas las canciones. Entonces te das cuenta de que el ser humano tiene más similitudes que diferencias. Si hay algo que nos gustaría es que a través de nuestras canciones la gente sienta y piense por sí misma.

Cuando presentaron Nocturnal, dijeron que ir al estudio había sido como volver al cole, que cada día aprendían algo nuevo, ¿es bueno mantener esa sensación después de tantos años?

Es que realmente solo tenemos siete discos de estudio, por lo que no pensamos que nuestra carrera sea tan larga... Empezamos muy críos en Zaragoza y realmente no pensábamos que íbamos a llegar hasta aquí.

De hecho su primer disco, Amaral, acaba de cumplir 18 años. Acaban de alcanzar la mayoría de edad...

Sí, es cierto. Ahora lo bueno es que hemos aprendido a controlar la energía; nuestros directos son muy enérgicos y a veces hay que controlarlos. Cada concierto es un ritual en el que nuestras canciones se reinventan; es muy difícil explicar lo que se siente... El amplificador rugiendo, la voz tan impactante de

Eva, es como un ritual colectivo difícil de explicar.

Sí confiesan en su web su habitual «tendencia al caos y al desorden», ¿es bueno un poco de caos en su profesión?

Como decía antes, la música y la rutina no se llevan bien. Cuando escribimos y componemos, de alguna manera tratamos de poner en orden nuestro caos vital, porque siempre hemos intentado que nos preceda la música y que nuestra vida privada quede en un segundo plano; pero al escribir, de alguna forma, se hace algo de psicoanálisis.