«Fernando es un todoterreno de la historia de España, un gigante político y nuestro mejor rey. A partir de ahí, podemos hablar de sus fallos y de sus defectos. (?) No fue un rey perfecto, pero todos los demás han sido peores». Así comienza Fernando el Católico, Crónica de un reinado, publicado por la editorial Edaf y que el periodista y escritor Fernando Martínez Laínez presenta esta tarde en Cartagena, acompañado por el escritor José Joaquín Bermúdez y del cronista Luis Miguel Pérez Adán. Su objetivo, entre otros, es reivindicar a «un personaje único y trascendental» de manera objetiva.

¿Por qué considera a Fernando el Católico «nuestro mejor rey?

Para mí es el mejor rey porque, cuando sigues la narración de los hechos, ves que no hay ningún otro. Es el rey que unificó el estado y lo convirtió en uno de los países más poderosos, cuando comenzó a gobernar en un país traumatizado; él llevó a cabo la transición entre la España medieval y feudal y la moderna. También fue el rey que liquidó la presencia de los musulmanes y culminó la reconquista, abrió España al Mediterráneo y, para rematar, fue junto con la reina Isabel el artífice del descubrimiento de América. Y esa es una de las claves que ha marcado nuestra historia.

¿Estaba realmente a la sombra de la reina Isabel, como se ha dicho?

No, de hecho fue Isabel quien lo buscó, porque necesitaba un personaje fuerte para unir esa España dividida. En Castilla, Fernando mandaba tanto como Isabel, de hecho fue una de las principales condiciones que puso. Sin embargo, Isabel no mandaba en Aragón, que era un reino muy complicado a nivel político y legislativo y en el que las mujeres estaban más relegadas.

¿Cómo ha sido el trabajo de documentación, adentrarse en esta época tan apasionante de España?

Ha sido un trabajo enorme, sólo lo que enumeraba anteriormente da para libros individuales. Lo que sí he tratado es de hacer una especie de estructura periodística, realizar un relato objetivo sin meterme en demasiadas disquisiciones ajenas a la historia. La idea es que los lectores se acerquen como a una crónica.

De hecho, no sólo se queda en las 'bondades' de Fernando, ¿cuál fue su cruz?

El rey Fernando llevó a cabo una labor inmensa; quizá vista desde nuestra perspectiva cometió fallos o actos que hoy en día serían más que discutibles. Por ejemplo, la expulsión de los judíos, algo que no se entiende, porque hasta sus propios asesores eran de origen judío. Es una incógnita, como dejo ver en el libro, las razones por las cuales tomó esa decisión. O al menos por qué la apoyó. Esa quizás es la tacha mayor que se le puede atribuir. Como diplomático y militar cometió errores, pero más pequeños. No consolidó la unión de Aragón y Castilla y la muerte de Isabel le perjudicó, porque se quedó aislado. Yo creo que, si se pudiera medir, hizo el noventa por ciento bien y el diez por ciento restante, mal.

¿Qué le parecen series como Isabel o Carlos V? ¿Sirven para acercarnos estos personajes?

Son muy positivos, un personaje como el rey Fernando hubiera dado en otro país para muchísimas películas y series, pero somos muy timoratos para nuestra propia historia. Por lo menos, por lo que pude ver, en la serie se presentan los personajes de una forma digna y sirve para darlos a conocer.

¿Por qué, como decía, no atendemos a nuestra historia?

Es un problema que arrastramos desde hace tiempo. Hemos creado una leyenda negra y somos los únicos que creemos en ella. Cada vez se estudia menos Historia en los colegios e institutos y ni siquiera hay una línea determinada para trasmitirla de generación en generación. Ese es un gran campo de batalla. No nos ponemos de acuerdo, como en otros países, que han mantenido su trayectoria histórica y la manera de contarla, aquí sigue siendo materia de discusión y eso no ayuda en absoluto a fomentarla.

¿Y para usted, qué significa bucear en la Historia?

Un mar, un océano en el que hay de todo y es un reflejo de la Humanidad. Nuestra historia es mejor de lo que muchos españoles piensan. En otros países nos envidiarían, pero sin embargo tenemos una visión siempre negativa y vamos fijándonos en las derrotas y en las tragedias, que las ha habido y gordas, pero también tenemos hechos grandes e históricos, que pasan completamente desapercibidos.