Izal logró su mejor debut hasta la fecha con Copacabana. Con vuestros referentes ( Two Door Cinema Club, Foals o Mumford & Sons), que un grupo español sea superventas y llene estadios, casi podría ser un síntoma de frescura y salud de la escena nacional, ¿verdad?

La escena independiente está en auge, hay muy buena oferta y muy variada, la gente cada vez demanda más grupos independientes, y eso hace que se enriquezca todo. El hecho de que los grupos independientes entren en las listas de ventas demuestra que la gente es crítica a la hora de consumir cultura; no se queda solo con las radiofórmulas ni productos puramente comerciales, y eso es muy sano.

Todo el mundo asocia Copacabana con playas paradisíacas, pero, ¿cuál es el concepto?

Del concepto de Copacabana nos gustó particularmente la ambigüedad estética que nos generaba, la playa paradisíaca de Río de Janeiro o el lúgubre antro de carretera de las entrañas de España. Nos pareció que en cierto modo refleja nuestra forma de entender la música, sin caer en un lugar concreto, pisando diferentes terrenos, buscando esa gran riqueza de matices que existen entre ambos mundos e intentando plasmarlos a nuestra manera.

En España somos un poco cainitas. A la música nacional no le damos tanta importancia, y a los artistas internacionales les veneramos. A Izal no parece que le vayan mucho estas palabras...

Eso es algo que suele ocurrir en todas partes, se suele valorar más lo que viene de fuera, y se menosprecia lo autóctono. En ambos lados hay riqueza; no se debería funcionar así. Las cosas se deberían apreciar por lo que realmente valen, y no por su procedencia o cualquier tipo de prejuicio.

La progresión de Izal en apenas tres años ha sido impresionante. ¿Cuál es la tecla para que esto suceda?

Realmente no hay una tecla o una fórmula. En nuestro caso ha sido mucho trabajo y confianza en él. Es lo más importante cuando tienes un proyecto cualquiera entre manos. Confiar en lo que haces y apostar por ello. Cuando dejamos nuestros trabajos para dedicarnos exclusivamente a la banda, no había nada seguro, pero teníamos fe en lo que hacíamos. La fe en el trabajo es lo mas importante.

¿Consideras que los festivales han sido determinante en el crecimiento de Izal? ¿Cómo los valoras?

Los festivales son un escaparate genial para cualquier grupo que tenga un trabajo que defender en directo. Hay muchas bandas que no tienen posibilidad de llegar a mucha gente, y estos recintos son esenciales para que se puedan dar a conocer a más público, y así tener una posibilidad de juicio y valoración por parte de éste. Son muy importantes para el crecimiento de cualquier grupo, y nos han servido mucho en nuestra carrera.

¿Sentís que haya aumentado la presión a la hora de presentar un trabajo? ¿Es complicado evolucionar sin perder la identidad?

Cuando consigues llamar la atención, y el ojo de la critica y el público está sobre ti, sientes un poco más de responsabilidad, pero nunca presión. Intentamos que el entorno no nos condicione a la hora de realizar el trabajo artístico, y llevamos esta norma como principio fundamental. A la hora de crear no deben existir condicionantes.

¿Copacabana es un trabajo más arriesgado que los anteriores? ¿Cuál es la principal diferencia?

Ha sido la primera vez que hemos dedicado al disco los medios y el tiempo suficiente, lo que siempre habíamos querido, pero nunca pudimos hasta ahora. Individual y grupalmente siempre se quiere ir un poco más adelante, intentar innovar y dar siempre un paso hacia algún lado, no estancarse. Esto hace que cada disco sea un nuevo desafío. En Copacabana hemos contado con dos mentes ajenas al proyecto, como son Santos y Fluren de Blind Records (Barcelona). Nos ayudaron a continuar en la búsqueda de nuestro sonido aportando su perspectiva, tanto en el plano puramente sonoro como en la producción musical. Esta ha sido la principal diferencia respecto a nuestros dos trabajos anteriores.

¿Os sentís parte de la escena indie, que lo está petando todo y contra la que se dirigen últimamente dardos envenenados?

Realmente, uno forma parte de la escena musical de su país, de su época. Seguir etiquetando las cosas no ayuda a la amplitud de miras con la que se debería enfocar cualquier disciplina artística. Seguimos siendo los mismos de siempre y funcionando de la misma forma que siempre, seguimos siendo independientes en todos los aspectos, signifique lo que signifique para cada uno el término 'indie', aunque lluevan dardos o silben flechas.

Me llama la atención la variedad de vuestro público. ¿A qué lo atribuís?

Quizás se deba a que cada uno tiene la posibilidad de hacer suya cada una de las canciones; expresan sensaciones y sentimientos cotidianos, cosas que nos pasan, que nos cuentan, que padecemos o disfrutamos todos y cada uno de nosotros. Cuando valoras a esa persona que siempre está ahí brindándote su apoyo y escuchas La mujer de verde es difícil no emocionarse. Esto hace que todos podamos adjudicarnos las canciones como bandas sonoras de algún momento concreto de nuestras vidas, y eso no tiene edad ni género.

Menuda se lio con los promotores de salas por unas supuestas declaraciones tuyas. ¿Se ha arreglado el asunto? ¿Ha vuelto la paz?

A veces hay malentendidos y a veces entendidos con maldad. Nosotros sabemos quiénes somos, de dónde venimos y cómo hemos transitado este camino. Las salas de conciertos han sido una pieza fundamental para nosotros como para cualquier otra banda, y sabemos el valor que tienen para la cultura del país, para el crecimiento de cualquier artista. Nadie empieza tocando en una plaza de toros.

Vas a publicar tu primer libro, Los seres que me llenan. ¿Qué nos puedes contar de su contenido y de cómo se gestó?

Son 24 relatos escritos durante la gira de Agujeros de gusano, y que terminó tras la grabación de Copacabana. Es la primera incursión en el mundo de la literatura, desde el profundo respeto que siempre me ha infundido la palabra escrita.

El directo es muy importante para una banda como la vuestra, sin el amparo de una multinacional. ¿Cómo veis el circuito de música en vivo?

El directo es nuestra forma de ganarnos la vida, nuestro trabajo más importante junto con los discos, porque, en el fondo, de eso se trata, de crear una pieza de arte y luego generarla en cada escenario con todo el crecimiento que ello implica. Por suerte, hoy en día hay un buen circuito de música en directo, y hay muchos artistas girando por todo el país. La música en vivo goza de muy buena salud en España.

Ya habéis toreado en esta plaza. ¿Qué impresiones os habéis llevado?

Las plazas de toros son lugares maravillosos para dar conciertos. Ojalá llegue un día en que la única finalidad de estos recintos sea el arte puro, el de verdad, dejando así de hacer honor a su nombre.