Queda una semana para disfrutar de los paisajes de Carlos Pardo en el Palacio Almudí de Murcia -hasta el próximo día 13-, como ya lo han hecho las centenares de personas que se han acercado a contemplar la exposición del pintor murciano, como asegura orgulloso del éxito de la muestra.

Este «trabajador de la pintura», como él mismo se define, comparte en esta ocasión veinte óleos de gran formato junto a otras piezas realizadas en los últimos años dedicadas principalmente al paisaje. Pero no se trata de una serie -«me aburren soberanamente», confiesa-, sino de obras que muestran su evolución y su continua experimentación, lo que se aprecia en el uso de los colores, de las texturas y de una derivación «de obras más construidas a otras menos construidas; en algunas -explica el creador- se aprecia más el paisaje y otras son mucho más aéreas, más abstractas».

Dice Carlos Pardo (Murcia, 1970) que es la propia pintura la que le guía. «De un óleo a otro he ido quitando lo que no me interesa, profundizando en mi interés por la composición y el color, hasta quedarme con lo esencial», explica.

«Pintamos lo que somos», afirma Pardo. Por eso cada óleo tiene el rastro «del trabajo del hombre». «La erosión, la arqueología... me gusta pintar bancales trabajados, terrenos labrados desde hace tres mil años; hay guiños a la historia de la humanidad en cada paisaje», enumera el artista murciano, que ha dedicado tiempo a los bocetos tomados del natural en el campo -algunos de ellos se pueden contemplar en la muestra- y a realizar cada óleo «muy lentamente, tranquilamente».

El catedrático de Filosofía y Estética Francisco Jarauta ha sido el comisario de esta muestra, con la que Carlos Pardo solo espera «que los espectadores disfruten muchísimo». Algo que está consiguiendo desde que inauguró Variaciones sobre el paisaje. «La gente se va contenta», asegura el pintor. «Será -razona- porque es pintura pintura».

Pintura, como dice Jarauta, «hecha desde la emoción de quien descubre que el arte es en última instancia la búsqueda de dar forma al mundo».