Si tuviéramos que presentar a Raúl Frutos (Crudo Pimento), querríamos que quedase claro que tiene un talento inmenso; que no ha dejado de buscar en todos los años que lleva en la música; que es valiente; que le va lo sobrenatural y se atreve mezclando música caribeña, delta blues y black metal, le pone banda sonora a una película muda acompañado por una orquesta sinfónica, se junta con Bosco para saciar su gozo improvisatorio, o mezcla el free jazz con hip hop en sus estudios de Villa Jarocho. Prefiere el calor al frío, y tras la larga gira de presentación de su segundo disco (Fania Helvete), ha vuelto a sacar un disco de descartes (Mal, mal, mal) tan interesante como el oficial. Así no debe resultar extraño que The Guardian cite a Crudo Pimento como uno de los nuevos nombres del «spanish rock and roll».

Vais a saltar el charco para tocar en Austin, en el South by Southwest, el mayor escaparate mundial de la música. ¿Cómo recibisteis la noticia? ¿Da esperanzas para desarrollar la carrera de Crudo Pimento a nivel internacional?

Lo hacemos a la murciana, a lo valiente, pero con el soporte, la organización y valentía de nuestro sello, Miel de Moscas; sin ellos no sería posible. Vivimos el inminente acontecimiento con gran emoción, nos vamos a llevar un pedazo de esta huerta y sus diablos para allá, y esperamos que algunos se queden por allí y haya que volver a buscarlos en breve, por supuesto.

Tras Mal, mal, mal, disco de descartes, ¿qué se cuece en los fogones de Villa Jarocho en este momento?

Varias cosas; entre ellas el tercer disco de Crudo y un proyecto que me mantiene bastante ilusionado en los últimos meses, un disco de hip hop experimental en el que participan varios mc's murcianos. En breve se sabrá más sobre esto.

Sociológicamente, ¿qué importancia le das al black metal? Cuando una persona de la clase obrera abandona el trabajo normal y se lanza a producir arte, ¿en qué se convierte?

Para hacer una análisis sociológico de esta 'manifestación cultural' necesitaríamos unas cuantas horas. Digamos, en un plano más de industria musical, que ha sido una de las mayores exportaciones culturales recientes de Noruega al mundo entero. A la segunda pregunta, obviamente, se convierte en un licántropo.

¿Sigues fabricando instrumentos y experimentando con ellos?

Por supuesto. Pienso continuamente en materiales, vibraciones, cajas de resonancia, en un perpetuum mobile musical incluso. Todo esto no tendría mucho sentido si no fuera así.

¿Dónde queda la improvisación y la parte más experimental en esta nueva etapa? ¿Qué opinas de aquella frase tan repetida de «en la música ya está todo dicho»?

La improvisación está mucho más presente, y cada vez más. Todas las canciones que he grabado para Crudo Pimento son improvisadas, siempre, música y letra, así seguirá siendo. Después, al llevarlas al directo, pasan por un nuevo filtro de improvisación. He llegado al punto en el que empiezo a hacer canciones sobre la marcha en directo; eso me apasiona, es la única forma en que sé hacerlo. En los medios oficiales al servicio de las discográficas 'independientes' está todo dicho, en las alcantarillas subterráneas, no.

Siempre has dicho que te interesa una onda mucho más subterránea aquí en Murcia con la que querías trabajar. ¿Has empezado? ¿Qué te has encontrado?

De momento, esa onda la he encontrado en los mc's con los que me he puesto en contacto: Manuel Romero, Alias L. Warlock, para el disco de hip hop. Jack Higgins, Jaro Desperdizio, Sin H, por citar a algunos. Toda esta gente tiene un talento increíble y desconocido para el gran o mediano -o como quieras llamarlo- público.

Puedes presumir de tener una obra sinfónica (Haxan) que ha sido interpretada por una orquesta sinfónica. ¿Te interesa, has profundizado en el trabajo de bandas sonoras?

Ya me puedo morir tranquilo, sí, fue un día muy especial. Pocas veces se me ha escapado alguna lagrimilla en un escenario, y ese día se me escaparon unas cuantas. Lo de trabajar para el cine, poco a poco; es otro sueño a cumplir.

¿Y estáis consiguiendo vivir de la música? ¿Cuál es el futuro del músico?

¿Vivir de la música? En mi caso particular, sí vivo de ella, pero porque aparte soy profesor de batería y otros tantos instrumentos en una academia. Pero vivir sólo de los conciertos, de momento, no. ¿Se conseguirá algún día? No lo sé. Siempre puedo volver al taller a construir máquinas envasadoras y etiquetadoras. El futuro del músico no lo sé, el del ser humano sobre la faz de la tierra -y los músicos también somos humanos- está sentenciado a no más de 100 años. Los discos que grabe yo o mis colegas o el disco blanco de los Beatles o cualquiera de Led Zeppelin van a tener todos la misma transcendencia, esto es, ninguna, la nada más absoluta. Siglos y siglos del cultura reposando en un planeta inerte, bien sea en forma de vinilo, cassete o cilindro de Edison; nadie que los atesore o escuche.

¿Que habéis preparado para el concierto?

Cosas raras, canciones inventadas sobre la marcha; diversión, en definitiva.