A pesar de haber publicado numerosos libros de literatura juvenil, Luis Leante aún «andaba vacilante» sin estar convencido «de estar integrado» en este género. Sin embargo, ayer se disiparon sus dudas al alzarse con el XXIV Premio Edebé de Literatura Juvenil con Huye sin mirar atrás, que el jurado ha definido como una novela negra «con una acción trepidante, con un arranque que no deja ni respirar, que engancha desde la primera página», en palabras de la escritora Care Santos.

Tras la novela Cárceles imaginarias (2012) y varios libros juveniles de la saga del detective Justino, Leante, que ganó el Alfaguara de novela con Mira si yo te querré en 2007, ha conseguido así el premio Edebé, el mejor dotado en España en su categoría, con 30.000 euros. Concurrieron un total de 325 originales, de los que 220 fueron en la modalidad infantil y 105 en el apartado juvenil.

«Ha sido un espaldarazo -reconocía ayer Leante a esta Redacción-, sobre todo porque Edebé es una familia con numerosos autores que para mí son referentes, como el propio Jordi Sierra i Fabra [ganador del premio en la categoría infantil], Care Santos, César Mallorquí o Elia Barceló», por lo que asegura sentirse «como cuando entras en un sitio de lujo y vas vestido de manera informal», bromea.

Huye sin mirar atrás narra la historia de un adolescente, Enrique, que, cinco años después de la muerte de su progenitor, verá cómo un hombre enigmático se instala en su casa y, en una trama de persecuciones en coche, protección de testigos y huidas frenéticas, redescubrirá a su padre y a sí mismo. «No es sólo una novela negra; se podría definir como un thriller, pero tampoco en el sentido estricto, porque hay también una historia de amor y otros ingredientes, por lo que me resulta difícil etiquetarla», afirma Leante (Caravaca, 1963).

A pesar de que está presente la muerte del padre, el autor aseguraba en Barcelona que Huye sin mirar atrás «no es una novela ni tétrica ni negativa, no hay dolor ni tristeza, nada macabro o morboso, sino que lo que hace es contarle a él lo que le ocurre, cosas que les pasan a muchos niños». Aunque Leante siempre desaconseja en los talleres de escritura que imparte escribir en segunda persona, «porque es muy experimental», decidió utilizar este estilo «quizá para demostrarme a mí mismo que era capaz».

El protagonista «es un chico con los mismos problemas que otros muchos adolescentes, pero la muerte de su padre le hace, en vez de vivir el duelo, perder la memoria y endurecerse», adelanta el escritor, quien por ello define al protagonista como un Clint Eastwood de 15 años. «Es duro, como éramos los jóvenes de nuestra época también, que, ante las inseguridades, nos hacíamos los fuertes; por eso sería como un 'Harry el Sucio' lleno de inseguridades».

Personalidades que conoce muy bien el escritor de Caravaca -afincado en Alicante desde hace años-, ya que durante dos décadas y hasta 2009 fue profesor de Secundaria. «Los alumnos son una fuente constante de dramas y comedias». «Si algo me han enseñado los jóvenes -añade- es que por mucho que hayamos evolucionado, hay cosas que no cambian y ellos tienen los mismos problemas que teníamos nosotros y tendrán en el futuro sus hijos; los problemas, los retos y las frustraciones son las mismas a esa edad, pase el tiempo que pase».

Huye sin mirar atrás es un título que juega con el argumento y también juega con lo que opina el escritor: «No hay que dejar de mirar atrás ni hay que huir. Como descubrirá el protagonista, hay que saber mirar hacia atrás y aprender a descubrir 'el original'».