El cantaor murciano Curro Piñana, que se considera un artista tradicional pero con ganas de innovar, destacó el pasado viernes en El Cairo el poder del flamenco para crear adeptos en todo el mundo: «Cuando te llega, te engancha y de alguna forma te enamora».

«Somos como una especie de secta. Te das cuenta cuando viajas fuera de tu tierra del amor que se tiene por el flamenco, sobre todo por la guitarra, es impresionante», aseguró Piñana, galardonado con la Lámpara Minera en 1998 y con el premio al Mejor Disco del Año 2011 en el Festival Internacional del Cante de las Minas.

El cantaor expresó su sorpresa por cómo músicos que apenas hablan español y que nunca han ido a España se aprenden los temas flamencos de memoria e incluso saben «en qué momento exacto se dice el 'olé'». Curro Piñana se encuentra junto a su hermano José en El Cairo, en el marco de una gira de conciertos y clases magistrales por Egipto, Jordania y Kuwait en la que están variando el repertorio estilístico del flamenco, pero llevando siempre por bandera los cantes de las minas de Murcia.

Con su currículum docente -Curro es profesor de cante flamenco en el Conservatorio Superior de Música de Murcia y José de guitarra en el Conservatorio Profesional de Danza-, quieren trasmitir sus conocimientos a los artistas árabes.

«Queremos buscar sobre todo una interrelación con los músicos locales y, por qué no, que surja algún tipo de experiencia o incluso poder llevarlas al escenario», afirmó el cantaor, autor de discos como Misa Flamenca (2007) y Antología del Cante Minero (2011).

En El Cairo dieron el pasado jueves un concierto en el que interpretaron alegrías, bulerías, tangos y cante minero, y ayer ofrecieron una clase magistral en la sala Makan, organizada por la Embajada de España. La experiencia en el Instituto Cervantes de Ammán fue también muy interesante, apuntó José, quien destacó el entusiasmo de los músicos asistentes al taller, desde guitarristas, percusionistas, pianistas a cantantes.

Emoción que no hay en Youtube

Los hermanos Piñana, nietos del gran Antonio Piñana, hicieron hincapié en la importancia de estos encuentros personales, en contraposición con el aprender a través de internet, que es el medio utilizado por muchos locales. «Cuando ven en vivo a un artista español es una verdadera devoción. 'In situ' se produce esa magia que no hay en Youtube, una transmisión de emociones», subrayó Curro.

Para el cantaor, en el mundo árabe se da un entendimiento especial, ya que el flamenco se ha nutrido en muchos sentidos de las melodía y armonías de la música árabe. «La teoría más creíble es que uno de los orígenes más inmediatos y solidos del flamenco es el árabe. En algunos cantes, en la forma de templarse del cantaor puedes reconocer la llamada a la oración del muecín», agregó el cantaor.

Su carrera artística comenzó hace diecisiete años con un primer disco monográfico de un gran místico sufí, Ibn al Arabi al Mursi, que nació en Murcia en el siglo XI y cuyos versos hablaban de tolerancia.

Preguntado por si se considera un innovador o un purista, Curro expresó su pudor al definirse e indicó que tiene «la mente abierta a otras propuestas», porque le gusta mucho la música. «Me gusta decir -continuó- que soy un cantaor tradicional al que le gusta el flamenco tradicional pero también las nuevas propuestas. Me gusta innovar, que el cante se mueva».

No le duele por ello variar la armonía de un cante si es necesario para actuar junto a un músico de El Cairo que le seduzca. «Tengo un aprendizaje muy sólido, pero por otro lado, también tengo esa capacidad de querer innovar, de darle la vuelta a las cosas, pero es por una necesidad, para no sentirme encorsetado», añadió Piñana.

Conviviendo con los tiempos

En la misma línea, José quiso situarse «dentro del flamenco clásico, pero conviviendo con los tiempos», ya que, a su juicio, la guitarra ha evolucionado mucho y gracias a ella también lo han hecho disciplinas como el baile y el cante.

Los hermanos Piñana, cuya familia se dedica desde hace generaciones a conservar esa parte musical del flamenco que son los cantes de las minas, buscan siempre nuevos proyectos aunque reconocen que a veces son los proyectos los que les encuentran y enamoran.